Card. Bassetti exhorta a la Iglesia a trabajar con sinodalidad
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
El presidente de la Conferencia Episcopal italiana (CEI), cardenal Gualtiero Bassetti, ha inaugurado el 1 de abril la sesión de primavera del Consejo Episcopal Permanente con un discurso centrado en la importancia de trabajar con sinodalidad.
Familia, juventud y gobierno de las comunidades diocesanas son las urgencias señaladas por la Iglesia italiana que ve el diálogo, la confrontación constructiva y la aceptación mutua como "el camino para seguir siendo un punto de referencia moral y social para la nación ".
Necesitamos un verdadero Pueblo de Dios
"Los cristianos -explica el cardenal Bassetti- son sinodales", por lo tanto, la sinodalidad implica escuchar, estar dispuesto a sintonizar, a aceptarse, "es una mirada al hombre".
Igualmente, el purpurado reconoció los esfuerzos que implica trabajar en la promoción de un enfoque sinodal ya que "requiere espiritualidad evangélica y pertenencia eclesial, formación permanente, disponibilidad al acompañamiento, sin olvidar la creatividad".
"Es el paso -afirma- al que el Papa Francisco no se cansa de llamarnos. Necesitamos que sea un verdadero Pueblo de Dios y que siga siendo un punto de referencia moral y social para nuestro país".
Trabajar juntos con sinodalidad
En este contexto, el presidente de la CEI pone en guardia sobre las consecuencias del modo de comunicación -no sinodal- "utilizado a menudo para encender el alma, desacreditar y hacer prevalecer los temores, llegando incluso a identificar en el otro no a un hermano, sino a un enemigo".
"La sinodalidad es una propuesta que sentimos que podemos y debemos hacer en favor de una sociedad tan irregular como la nuestra", añade.
Las familias dan estabilidad al país
En este sentido, cabe destacar la importancia con la que el card. Bassetti defiende la integridad de la familia, observando la actual falta de una mirada sinodal que genera divisón en todo, "incluso en un tema prioritario como el de la familia sobre el que llevamos un retraso tan increíble como injusto".
Su Eminencia recordó además que son las propias familias las que han siempre asegurado la estabilidad social del país en los momentos de crisis.
La Iglesia debe escuchar a los jóvenes
Por otra parte, el purpurado subrayó la misión de la Iglesia de suscitar en los jóvenes "el deseo de emprender, de ser generadores, de tejer redes comunitarias y relacionales".
"La dignidad humana -afirma el presidente de la CEI- se construye a través de la contribución que cada uno de ellos está llamado a ofrecer al bien común".
Protección de los menores en la Iglesia
Y en alusión a los males sociales que afectan también a la comunidad católica, Bassetti señaló en su discurso la necesidad de abordar juntos la cuestión de los abusos sexuales a la luz de las indicaciones y de los documentos pontificios elaborados al final del encuentro dedicado a la protección de los menores en la Iglesia, para que la propia Iglesia pueda ser "cada vez más un hogar seguro para los niños y las personas vulnerables".
El desafío es una Iglesia "que se renueva perpetuamente siguiendo a su Señor; una Iglesia que vive para el anuncio y el testimonio del Evangelio y que asume la misión como modo de vida; una Iglesia, por tanto, en estado de misión, que relanza la cooperación entre las Iglesias en el signo de la reciprocidad", concluyó el purpurado.
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