Asia Bibi llegó a Canadá
Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano
Hoy, para Asia Bibi, es el epílogo de una historia que comenzó en junio de 2009 con su arresto. Pero el día de hoy también está estrechamente ligado a otra fecha: el 2 de marzo de 2011. Es el día en que Shabaz Bhatti fue asesinado por extremistas islámicos. El ministro pakistaní para las minorías religiosas, católico, pagó con su vida su compromiso de defender a las minorías y a los cristianos víctimas de injusticias. Entre las personas defendidas enérgicamente por Shabaz Bhatti se encuentra también Asia Bibi. El epílogo del caso Asia Bibi - subraya Paul Bhatti, hermano del ministro pakistaní asesinado en 2011 - es "una gran satisfacción" porque "la verdad ha ganado":
R. - Es una noticia que nos ha dado una gran satisfacción a todos, aunque estábamos convencidos de que esa sería la conclusión, desde que Asia Bibi fue liberada. Hemos estado en contacto constante con las autoridades canadienses y pakistaníes. Nos aseguraron que este sería el final. Todos esperábamos esta conclusión. Todos la queríamos, tanto para Asia Bibi como para sus hijos. Y también para todos los que hemos luchado en estos años para salvar a Asia Bibi y enviar un mensaje al mundo. La verdad ha ganado. Esto es una gran satisfacción para nosotros.
Una gran satisfacción y también el esperado epílogo de un evento que se prolonga desde hace muchos años. Asia Bibi fue condenada a muerte en 2010. ¿Cómo fue recibida la noticia de su partida a Canadá en Pakistán?
R. - En Pakistán, la mayoría de la gente está feliz. Están contentas todas las personas que creen que la blasfemia es contraria a su religión. Gran parte de las personas que son moderadas están contentas de que Asia Bibi haya sido declarada inocente. Esta inocencia significa también respetar su religión.
Se ha hecho justicia y las historias de su hermano, Shahbaz, y la de Asia Bibi también se han entrelazado....
R. - Ciertamente, estas historias están muy relacionadas. Shahbaz ha defendido no sólo a Asia Bibi sino a muchas otras víctimas de la injusticia. Shahbaz no sólo declaró la inocencia de Asia Bibi. También fue a la cárcel para encontrarse con ella y llegó incluso a desafiar a los extremistas. Entonces fue víctima de este extremismo. Hoy podemos ver el fruto de este compromiso. La justicia gana, en Pakistán hay justicia. En lo que respecta a Canadá, Stephen Harper, el ex primer ministro, ha declarado que tiene una deuda con mi hermano: la de hablar en nombre de las personas que no pueden hacerlo. Y el gobierno canadiense está defendiendo a los más débiles de Pakistán. Cuando Asia Bibi fue liberada, las autoridades canadienses se pusieron en contacto con nosotros para decirnos que estaban de nuestro lado y que harían todo lo necesario. Así que ellos también están satisfechos: también en Canadá hay muchos musulmanes, cristianos e inmigrantes que acogieron la noticia con gran entusiasmo y satisfacción.
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