Paulo Suess: En Amazonía ser Iglesia de presencia y no de visita
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
Paulo Suess estudió teología en Munich, Münster, Bruselas y Lovaina. En 1964 fue ordenado sacerdote en la diócesis de Augsburgo. De 1966 a 1974 trabajó por primera vez en la Amazonía brasileña. Después regresó a Europa para continuar con el doctorado en teología en Münster. Su tesis fue dirigida por Johan Baptist Metz y lleva por título “El catolicismo popular en Brasil”.
Durante muchos años el padre Paulo Suess fue Secretario General del Consejo Indígena Misionero de Brasil (CIMI), en el que hoy trabaja como consejero teológico. Su compromiso con los pueblos indígenas de América Latina también se refleja en la creación y edición de una revista para defender los derechos de los pueblos indígenas y el movimiento sin tierra en Brasil.
Entrevista
- ¿Cuáles son los desafíos eclesiales de la Amazonía?
- Las grandes distancias y la diversidad. Las distancias, porque somos una Iglesia en visita. Visitamos una vez al año las comunidades. Eso es poco. Hay eucaristía una vez al año. No se puede construir la comunidad sin la eucaristía como eje. Por eso, las distancias sugieren descentralización. El Sínodo es una gran oportunidad para descentralizar los ministerios. Que sean las comunidades que tengan sus ministros para celebrar. San Pablo así hizo cuando fundó comunidades. Se quedó tres meses con ellos y después instituyó un varón para la eucaristía y después siguió adelante. Necesitamos no una pastoral de visita, sino una pastoral de presencia.
La segunda, la diversidad. Esta exige inculturación. Son muchas culturas distintas para transmitir el mensaje. Para celebrar los ministerios es necesario asumir la cultura. Ya Puebla lo dice en el número 400: “La Iglesia, Pueblo de Dios, cuando anuncia el Evangelio y los pueblos acogen la fe, se encarna en ellos y asume sus culturas. Instaura así, no una identificación, sino una estrecha vinculación con ella... Por otra parte, permanece válido, en el orden pastoral, el principio de encarnación formulado por San Ireneo: «Lo que no es asumido no es redimido».
Hay que asumir la cultura para redimirla, para liberarla. Hay que asumir la diversidad de la Amazonía y asumir las distancias para que haya presencia. Se trata de crear una estructura sacramental mínima en cada comunidad: bautismo, eucaristía y matrimonio.
Necesitamos pasar de una Iglesia de misioneros que vienen de fuera a tener una estructura autóctona, aprovechando y potencializando las fuerzas locales.
-¿Qué desafío presentan las sectas?
- Los misioneros católicos fueron los primeros en llegar; sin embargo, hoy, más de la mitad de los cristianos no son católicos. Esto ha sucedido porque no estamos presentes de manera permanente. Las sectas instituyen un pastor después de unos meses.
El pueblo dice: -Prefiero un pastor en la mano que un sacerdote en el techo.
A esta situación hay que añadir que, hoy hay muchos protestantes, pero no son ecuménicos, sino fundamentalistas y continuamente atacan al Papa y a la Iglesia Católica.
-¿Por qué este momento es importante?
- El Sínodo es una oportunidad para transformaciones, por eso el título: nuevos caminos para la Iglesia. Esto quiere decir que los viejos caminos ya no sirven. Ya en Medellín hablamos de que teníamos que transformar el mundo. Ahora la Iglesia tiene que transformarse para responder a los nuevos desafíos, a estas necesidades. En el fondo, queremos construir una nueva sociedad, porque esta sociedad capitalista, este sistema que mata no sirve, como dice el Papa Francisco.
¿Cómo podemos ser anunciadores de la vida? Debemos cambiar la sociedad. ¿Con quién lo vamos a hacer? Con los pueblos amazónicos, con los indígenas, con los jóvenes. ¿Estamos dispuestos a construir una sociedad menos desigual? Por eso tenemos que potencializar los nuevos caminos.
El Papa espera de nosotros y del Sínodo, espera que caminemos por nuevos caminos. Esa es la esperanza. Se trata de aprovechar las gracias que se viven en la región. Hay que potencializar el trabajo de los laicos, para pasar de una Iglesia en visita a ser una Iglesia presencia. Así echaremos raíces. Para echar raíces necesitamos permanecer. Desde la presencia y la diversidad responderemos a las distintas culturas. Presencia y diversidad. La Iglesia debe asumir para redimir.
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