REPAM, signo de esperanza nacido de la periferia, en Puyo, Ecuador
Luis Miguel Modino - Ciudad del Vaticano
Caminar juntos, escuchar las voces de los pueblos y comunidades del territorio, son elementos que se han instalado como nueva forma de ser Iglesia. En ese nuevo proceso ha tenido mucho que ver el Papa Francisco, que en octubre de 2017 convocó el Sínodo para la Amazonía, y que ha ido orientando la dinámica sinodal para que sea llevado a cabo desde esa perspectiva (RD)
Los días 3 y 4 de junio se han encontrado en el Centro Intipungo, en Puyo, Ecuador, 35 miembros de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que caminan en los seis vicariatos apostólicos de la Amazonía ecuatoriana, entre los que se estaban tres de sus obispos, de los Vicariatos de Aguarico, Tena y Puyo.
La reunión ha querido ser un momento para revisar el camino recorrido por la REPAM y de discernimiento comunitario de los caminos de preparación hacia el Sínodo para la Amazonía, un aspecto en el que insiste mucho Papa Francisco, para quien es primordial que los padres sinodales, entre los que estarán todos los obispos de la Pan Amazonía, sean fieles a las voces de los pueblos y comunidades del territorio.
Este momento es visto por el Secretario Ejecutivo de la REPAM, Mauricio López, como un “regalo de poder hacer memoria agradecida de todo el caminar de nuestra Red Eclesial Panamazónica – REPAM”.
Mauricio López ha hecho referencia al cardenal Pedro Barreto, vicepresidente de la REPAM, quien siempre destaca que “la semilla de esta red y su nacimiento como fruto de un largo camino eclesial fue en abril de 2013, en Puyo, Ecuador, con la presencia de un gran número de personas de todos los países de toda la Pan Amazonía, pero sobre todo con los arquitectos de esta red, que después se fundaría más formalmente en septiembre de 2014”.
Mauricio López recuerda que “fue en aquel abril de 2013 donde algunos representantes de los equipos misioneros, como el Equipo Itinerante, de instancias eclesiales también de gran inspiración como el CIMI (Consejo Indigenista Misionero, de Brasil), pero sobre todo agentes de pastoral, pastoral social, pastoral indígena, de un número importante de países de la Pan Amazonía, y de congregaciones misioneras inculturadas, como los consolatos, capuchinos, franciscanos, otros muchos, comenzaban el tejido de una red”.
En ese sentido, no podemos olvidar que en aquel momento estaba comenzando su pontificado el Papa Francisco, alguien que ha sido de particular importancia para que la Amazonía, y todo lo que encierra y representa, se haya convertido en elemento de discusión, no sólo dentro de la Iglesia como en la sociedad. La encíclica Laudato Sí y el Sínodo para la Amazonía son ejemplos claros en los que apoyar esta afirmación.
Junto con esas instituciones también se hacían presentes los obispos, que se convirtieron en testigos de ese alumbramiento, entre ellos, Mauricio López destaca a “los obispos de los seis vicariatos apostólicos de la Amazonía ecuatoriana, la Conferencia Episcopal del Ecuador y una importantísima figura, que era el arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto, que en aquel momento era el presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano), que experimentando este evento dijo, lo que más me marcó fue la presencia diversa de todos los países que estaban implicados, o de varios países de la Amazonía, todas las jurisdicciones eclesiásticas, líderes indígenas, agentes de pastoral, obispos, organizaciones y la profundísima espiritualidad que desde entonces ha marcado los pasos de nuestra red”.
Como una red eclesial que es, “la REPAM no existe si no es desde una espiritualidad profunda, profética, encarnada, que desde el inicio ha querido también ser una red interculturada en el diálogo con los propios pueblos, abrazando y honrando la vida de tantos testimonios que se han entregado en la Amazonía, con la presencia de los mártires, y cuya sangre, en ese caso de Alejandro Labaka e Inés Arango, marcaba también esa primera semilla”, ha recordado Mauricio López.
A partir de esa semilla inicial, la REPAM ha ido dando pasos en estos seis años, algo que recoge su Secretario Ejecutivo en sus palabras, quien destaca ese impulso inicial del ahora cardenal Pedro Barreto, y al mismo tiempo, “la profunda generosidad de acogida del cardenal Claudio Hummes”. Todo ello, en opinión de Mauricio López hizo que “se fuese fortaleciendo la integración con la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, evidentemente, al ser el país con la mayor porción de la Amazonía”. Sin embargo, un aspecto que nunca puede ser olvidado es que “esa semilla venía traída desde la periferia, la periferia que quiere ser iluminadora del centro, como ha dicho el Papa Francisco, de la periferia de Puyo, Ecuador. Ahí hay unos signos de que lo marginal, o aparentemente marginal, es lo germinal”.
Todo este proceso ha sido recordado a través de un gesto concreto, llevado a cabo por el obispo local, Rafael Cob, que ha estado presente desde el inicio de esa semilla, en abril de 2013. En la Eucaristía del primer día, él develó una placa, en la que se recoge el momento histórico de la siembre de la semilla REPAM, donde decía: "La Iglesia católica, radicada en la Amazonía, impulsada por los señores obispos de los vicariatos apostólicos de la misma, reunidos en Puyo, el 24 de abrirl del año 2013, en el Centro de Formación Intipungo, con la presencia de 146 participantes de 12 países diversos, dan inicio así a la siembra de la semilla REPAM, red eclesial para la defensa de la vida en la Amazonía y de los pueblos que la habitan.
Para recordar este acontecimiento, Monseñor Rafael Cob García, al clausurar la asamblea general de misioneros, inaugura el Parque Ecológico Agroforestal Laudato Sí, el día 29 de junio del 2013, fiesta de San Pedro Apóstol. Dado en Puyo, 5 de junio, Día del Medio Ambiente, en el año del Sínodo Amazónico".
Al mismo tiempo, Monseñor Cob hizo entrega de otra placa al Secretario Ejecutivo de la REPAM, en agradecimiento al trabajo de esta red por la Pan Amazonía, en la que dice: "el Vicariato Apostólico de Puyo reconoce el gran trabajo realizado por la REPAM en la persona de su Secretario Ejecutivo, Mauricio López, gran artífice de esta red eclesial, que une a los pueblos que sueñan, caminan y construyen juntos en defensa de la vida en la Amazonía, hogar que Dios nos regaló y en el cual vivimos".
Para Mauricio López todo esto es una muestra “de agradecimiento, de reconocimiento, de poner las manos de Dios en toda esta expresión del Espíritu a través de la red que ha nacido de lo mejor de los testimonios y expresiones de una Iglesia que se ha entregado por los pueblos en la Amazonía”. De hecho, López recuerda aquella reunión de 2013 como “momento de articular y soñar juntos, es la primera vez que se habla explícitamente de crear una red eclesial panamazónica, ahí, digamos, se le da nombre a esta iniciativa”.
Monseñor Rafael Cob, también ha destacado que la reunión ha servido para "reflexionar sobre las implicaciones y desafíos del Sínodo amazónico". Él destacó siete desafíos para la Iglesia en la Amazonía y en todo el mundo: saber escuchar, saber contemplar, saber inculturarse, organización y liderazgo en la comunidad, misión urbana y emigración indígena, los medios de comunicación en la evangelización amazónica y, por último, misión profética en la evangelización. También destacó la importancia de enteder las perspectivas que tiene el Sínodo, a partir de tres preguntas, ¿qué es urgente hoy?, ¿qué es necesario hacer?, ¿qué es posible?
Con este momento, según Mauricio López, “queremos, simplemente, hacer memoria agradecida, honrar la vida, porque esa semilla nos fue dada por décadas de experiencias misioneras, y es una semilla que germinó en las manos de muchos y muchas más, que han ido sumando, tejiendo, sembrando, y que hoy hacen parte también de esta gracia del Papa Francisco en el proceso sinodal para este Sínodo de la Amazonía”.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí