Europa. Gallagher: amor por la patria y apertura a los demás
Luca Collodi – Rímini
"La Unión Europea debe hacer frente a los retos del futuro manteniendo al mismo tiempo sus valores fundacionales. En el Mitin de Rímini, el Arzobispo Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, habló sobre el futuro del continente a partir de la centralidad de la persona, la inmigración y el medio ambiente. La integración europea "es un valor en sí mismo", dijo, y las “soberanías” no deben exasperarse hasta dañarse por "cerrazones y exclusiones". Ayer por la tarde intervino en el encuentro sobre el tema: "Derechos, deberes. Europa: 1979 - 2019".
La crisis en Europa
La fragmentación que hoy atraviesa la Europa política – explicó Monseñor Gallagher en el Mitin – es "la fragmentación de la existencia humana". "Prevalecen la soledad, el individualismo, la crisis familiar, impulsada al racismo, y la falta de ética. "Es una crisis de identidad, agravada por la crisis mundial que ha debilitado el euro con las fracturas entre Estados por la política internacional, la economía, el Brexit y los fenómenos migratorios”.
Las migraciones
"Necesitamos una visión política clara, pero también una posición cultural. El Papa Francisco nos recuerda la atención a la persona. Como dice el título del Mitin, un rostro conectado al Misterio del infinito. Está el deber de la solidaridad con los necesitados, pero también la virtud de la prudencia. Acoger – explicó Monseñor Gallagher – a todos aquellos que pueden ser acogidos con dignidad, e integrarse mediante un trabajo, una familia, un futuro". "Los migrantes, además, tienen el deber de abrirse a la nueva realidad que los acoge y no encerrarse en guetos donde los problemas aumentan", explicó.
En la entrevista, el Arzobispo Gallagher hizo hincapié en la importancia de Europa, de la soberanía y de la relación entre las instituciones y la gente. “Creo que Europa es un valor porque tenemos pueblos, gente que ha tenido una historia muy larga junta, que ha compartido muchas experiencias a lo largo de los siglos y en ciertos momentos, la gran mayoría, ha compartido una fe cristiana. Sobre esta base, Europa se ha convertido progresivamente en una visión, un proyecto en el corazón de los europeos. En el siglo pasado tuvimos la experiencia de dos guerras mundiales que llevaron a los europeos y a sus líderes a la convicción de que construir una paz segura, garantizar prosperidad a nuestros pueblos, es siempre difícil de hacer si se está solo”.
Ante la pregunta de ¿cómo puede acompañar la Iglesia un camino europeo?, Monseñor Gallagher afirmó que no se tiene “una visión nacionalista”. Se aprecia mucho el patriotismo, el amor a la patria, al propio país, a la propia cultura y al pueblo. A la vez que en la fe católica, y también en las otras confesiones cristianas, hay una visión de apertura hacia los demás que pasa por la aceptación de ese espíritu que considera “profundamente eclesial”. De hecho, afirmó: “Son más las cosas que tenemos en común que las que nos dividen. “El tema general de este Mitin de Rímini es el de ampliar nuestra visión hacia el otro, continuar hacia esta cultura del encuentro de la que habla siempre el Papa Francisco”.
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