Polonia. P. Jerzy Popiełuszko, 35 años después de su martirio
Adriana Masotti - Ciudad del Vaticano
En estos días Polonia conmemora el aniversario del martirio del P. Jerzy Popiełuszko, el sacerdote polaco asesinado hace 35 años, el 19 de octubre de 1984, por agentes del gobierno de la entonces República Popular de Polonia, dirigido por el General Wojciech Jaruzelski.
El programa de las celebraciones
Hoy viernes 18 de octubre, los participantes en las celebraciones podrán escuchar los testimonios de quienes han conocido a Don Jerzy; mañana el Arzobispo de Varsovia, Cardenal Kazimierz Nycz, se reunirá en oración sobre su tumba, en el espacio frente a la entrada de la iglesia de San Estanislao Kostka, en la capital, y celebrará una solemne liturgia. Finalmente, el domingo 20, habrá la oportunidad de unirse al Juego de Acción en Vivo con el título "Vencer el mal con el bien" y aprender más sobre algunos aspectos menos conocidos de la historia del sacerdote proclamado beato en 2010. Además, con motivo de este 35 aniversario, el museo dedicado a Don Popiełuszko ha creado una página web con testimonios y documentales sobre su vida y ha convocado un concurso literario para estudiantes con el título que reitera la consigna del joven mártir: "Ganar con el bien".
Ese 19 de octubre de hace 35 años
Don Popiełuszko, nacido en 1947 en Okopy, provincia de Białystok, en el noreste de Polonia, fue ordenado sacerdote por el Cardenal Stefan Wyszynsky en 1972. Por su propio bien había sido capellán del sindicato autónomo Solidarność desde 1980. En sus homilías regulares para "Misas por la Patria", en una iglesia de Varsovia, escuchada por miles de fieles, defendió valientemente la libertad religiosa y la libertad de opinión, los derechos humanos y la justicia, criticó al régimen.
No a la violencia, no la venganza
En la última celebración, el 19 de octubre de 1984, el P. Jerzy invitó a los presentes a "pedir ser libres del miedo, del terror, pero sobre todo del deseo de venganza". Debemos vencer el mal con el bien", exhortó, "y mantener intacta nuestra dignidad de hombres, por lo que no podemos hacer uso de la violencia". Unas horas más tarde Don Jerzy fue secuestrado por tres funcionarios del Ministerio del Interior, encerrado en el maletero de un coche, golpeado salvajemente y torturado. Luego, arrojado, tal vez aún vivo, a las aguas del río Vístula. Tenía 37 años. Su cuerpo fue encontrado el 30 de octubre siguiente y la noticia de su trágica muerte sacudió profundamente a toda Polonia. Medio millón de personas asistieron a su funeral, más de 18 millones de ellas desfilaron frente a su tumba en Varsovia en los últimos años.
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