Los encuentros del Sínodo para la Amazonía
Ciudad del Vaticano
El Sínodo Especial para la Amazonía tenía como objetivo encontrarse con aquellas personas muchas veces marginas y con aquellas realidades que muchas veces desconocemos. El papa Francisco nos lo recuerda “El encuentro con el otro es también un encuentro con Cristo” (homilía del 15 de febrero de 2019). Y aunque fue un encuentro para algunos “incomodo”, todos los participantes, unidos y guiados por el Espíritu Santo, buscaron siempre el encuentro de Cristo a través de los demás.
Encuentro de comunión
El 4 de octubre se llevaba a cabo una sugestiva celebración en los jardines del Vaticano, en la que se consagró el Sínodo Amazónico a la intercesión de San Francisco de Asís, “ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral”, tal como lo definiera el Papa Francisco.
Llena de cantos, danzas, gestos simbólicos de representantes de los pueblos originarios de la Amazonía, y de reflexiones del cardenal Peter Turkson y del cardenal Claudio Hummes, el acto se centró en la plantación de un árbol de Asís en el corazón de la Iglesia Universal, como símbolo de la ecología integral.
Encuentro de Fe
El sábado 5 de octubre 2019 en la Iglesia La Transpontina en Roma, se celebraba la vigilia previa al inicio del Sínodo Amazónico. Con una iglesia repleta, reunida en una celebración que nos invitaba a reconocer los dolores y los gritos de los pueblos amazónicos, tantas veces marginados, y de la Tierra, fuente de vida, de alimentación y de futuro para la humanidad. Pero también la esperanza de una Iglesia profética capaz de verse por dentro para transformarse y renovarse, para servir mejor a la construcción del Reino.
Encuentro de Iglesia
El domingo 6 de octubre se celebraba en la Basílica de San Pedro la misa de apertura del Sínodo Amazónico. Entre miles de personas congregadas aquel día, destacaba un grupo lleno de colorido, de alegría y que traía consigo mismo una gran esperanza: eran indígenas venidos desde aquella región Amazónica “casi olvidada”, que traían consigo mismos la realidad que viven en su país.
El papa lo expresaba: “Muchos hermanos y hermanas en Amazonia llevan cruces pesadas y esperan la consolación liberadora del Evangelio y la caricia de amor de la Iglesia y es por ellos y con ellos que debemos caminar juntos”.
Encuentro en el Espíritu Santo
El lunes 7 de octubre, comenzaba el Sínodo Amazónico, con un momento de oración en la Basílica de San Pedro. Una procesión llena de cantos en lenguas de los pueblos originarios y en español, que invitan a confiar y alabar a Dios y a caminar juntos. “Los hijos de la selva te alabamos, Señor, Las hijas de la selva, te alabamos, Señor. Las aguas de los ríos, las aguas de las cochas te alaban señor. Los vientos y calores te alaban, Señor. Los frutos y los montes, la tierra que es fecunda, te alaban, Señor”.
Y el Papa exclamaba “Sínodo es caminar juntos bajo la inspiración y la guía del Espíritu Santo, el Espíritu Santo es el actor principal del sínodo.”
Encuentro de esperanza
El sábado 19 de octubre se llevaba a cabo el vía crucis, recordando especialmente los mártires que han dado sus vidas en defensa de los pueblos de la Amazonia.
El cardenal Pedro Barreto, presente aquella mañana, exclamaba: “vamos a caminar, y a caminar con Cristo en su cruz, acompañándolo a Él, presente en estos hermanos, y por eso, este Vía Crucis, lo hacemos con dolor, con sufrimiento, pero sobre todo con esperanza. Cristo está con nosotros, Cristo nos acompaña; Cristo está sufriendo en estos hermanos; por eso le damos gracias a Dios porque estamos experimentando su resurrección, la alegría del Evangelio”.
Encuentro de compromiso
La mañana del domingo 20 de octubre, se llevaba a cobo un evento especial: “el Pacto de las Catacumbas”. Un acto que renovaba un compromiso firmado el 16 de noviembre de 1965 por algunos padres conciliares. Con el Sínodo Amazónico que llevaba al encuentro con los “habitantes de las comunidades periféricas”, el documento afirma: “El encuentro con estos pueblos nos llama y nos invita a una vida más simple de compartir y gratuidad.” Y los firmantes se comprometían a "renovar la opción preferencial por los pobres", a abandonar "cualquier tipo de mentalidad y actitud colonial", a anunciar "la novedad liberadora del Evangelio de Jesucristo".
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