Gesto de solidaridad de los Obispos panameños
Ciudad del Vaticano
“La Iglesia Católica palpita con el corazón de su pueblo”. Así lo afirman los Obispos panameños en un comunicado en el que expresan su solidaridad tras los continuos momentos de dolor y de crisis que viven algunos países sudamericanos.
Tal es la situación que vive Chile y Bolivia que, por diferentes causas, han llevado a la confrontación entre hermanos, causando la pérdida de vidas humanas y, en los últimos días, suscitando también actos de “intolerancia religiosa”, tal como lo definen los Obispos panameños, profanando templos católicos, “hiriendo así la fe de los creyentes”.
Preservar la Vida y la paz
Ante estos hechos, los prelados hacen eco de las palabras del episcopado de Chile: “La gente no sólo está cansada de la injusticia, también de la violencia, y la gran mayoría esperamos con ansias el diálogo en respeto que reconstruya el tejido social”. Así mismo hacen suyo el clamor de los Obispos bolivianos, donde hacen un llamado en nombre de Dios para que “cesen las acciones de violencia y preservemos la vida y la paz”.
Un gesto de solidaridad
En un gesto de solidaridad, el Episcopado Panameño exhorta a los párrocos de su país “para que animen al pueblo católico y gente de buena voluntad a intensificar oraciones”, para que así “se encuentren los mecanismos para la solución a los graves problemas” que han originado este clima de tensión y violencia, y que han causado a su vez grandes pérdidas humanas y materiales.
Situación en los países sudamericanos
Bolivia ha entrado en crisis tras las elecciones celebradas el 20 de octubre, en las que, según los datos electorales, el candidato Evo Morales había ganado nuevamente la presidencia. Declarado por la oposición como un fraude electoral, se levantó una ola de manifestaciones en todo el país.
Esto ocasionó la renuncia del Presidente Evo Morales el pasado 10 de noviembre, con lo cual la senadora opositora Jeanine Añez asumió la presidencia interina de Bolivia, comprometiéndose a la pacificación del país y la pronta celebración de nuevas elecciones.
Mientras tanto, en Chile, los disturbios comenzaron con el aumento al precio del boleto del metro de Santiago, lo cual saco a flote el descontento y frustración en la población chilena que no ha parado de protestar contra el gobierno. En medio de todos estos disturbios, ha habido algunas perdidas de vida humana, daños materiales a espacios públicos y, en los últimos días, ataques y despojos de algunos templos católicos.
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