Takao Onishi: en Japón, presencia de católicos en educación y apostolado social
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
Presencia de los católicos en Japón
El padre Takao Onishi, presentó algunas estadísticas que ayudan a comprender la presencia de los cristianos católicos en Japón: “440,000 personas son católicas en Japón, un 0.3%. Es una minoría. Hay más de 700 comunidades religiosas, 42 hospitales, 635 centros sociales, 800 escuelas. A pesar de que los católicos son una minoría, su presencia en educación y el apostolado social no es tan reducida”, afirmó.
Apostolado social: trabajo en red
El p. Takao subraya la importancia de esta área de servicio a la comunidad y define que “El apostolado social es el lugar de colaboración con otros, con denominaciones protestantes o con otras religiones, como el budismo. En concreto, es un espacio para enfrentar problemas como asistencia a los migrantes, a las personas sin hogar y la colaboración en la lucha contra las armas nucleares. Estos son algunos espacios de colaboración con otros”.
Shichi-go-san, tradición japonesa presente en el mundo católico
La inculturación de la fe en las sociedades asiáticas ha sido una preocupación centenaria en la Iglesia Católica. En este contexto Takao expuso el ejemplo de una tradición budista: “Se trata del Shichi-go-san, literalmente significa siete, cinco, tres. Consiste en celebrar el crecimiento y el bienestar de un niño o niña con tres, cinco y siete años. Este evento es celebrado también en la Iglesia Católica, lo que evidencia una cercanía y una inculturación que muestra a la Iglesia Católica mucho más familiar y cercana a la cultura japonesa”.
Otro punto que me gustaría mencionar dijo Takao, es la corporalidad. La cuestión del cuerpo. El aquí y el ahora del cuerpo. Para los japoneses el cuerpo es un elemento sensible. Lo podemos ver en la manera de orar en el budismo. Aquí es el lugar donde Dios quiere encontrarnos y ahora es el momento en el que Dios quiere amarnos. Poniendo atención a la realidad del cuerpo, y a la realidad de aquí y ahora, la oración puede contribuir a encontrar a Dios en lo profundo de la meditación.
El encuentro con Dios y los otros
El jesuita cuenta la experiencia de enseñar religión en una escuela secundaria de la ciudad de Kobe: “El curso de religión no cuenta para entrar a la universidad. Muchos estudiantes no ponían mucha atención a este curso. Perolo que aprendí es que no debía hablar directamente de Dios, Jesús y la fe a los jóvenes. Después del ataque a la estación del tren con gas sarín en Tokio, sentí que los jóvenes comenzaron a hacerse preguntas sobre su existencia y comenzamos a platicar y a pensar con ellos acerca de ¿cómo conocernos cada uno? Esta es una pregunta que está relacionada con otras, por ejemplo: ¿cómo conocer a otros en la sociedad y conocer lo trascendental? Preguntándome cómo conocerme puedo llegar a la pregunta por los otros. Y en clase nos dábamos cuenta de que estábamos relacionados los unos con los otros.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí