Argentina: la tutela de vida al centro del mensaje de los obispos por Navidad

Ciudad del Vaticano

"En comunión con tantos creyentes y tantos ciudadanos de buena voluntad, esperamos la revocación del Protocolo sobre el aborto": esto es lo que se lee en el mensaje que la Conferencia Episcopal Argentina (Cea) difundió con ocasión de la Solemnidad de la Navidad. Los prelados hacen referencia en concreto, al llamado "ILE", es decir, el Protocolo de interrupción legal del embarazo, que implementado por el Ministerio de Salud de la Nación, tiene como objetivo permitir el aborto a los 13 años de edad, incluso sin el consentimiento de los padres, e introducir nuevos fármacos abortivos, como la mifepristona. 

El valor de la vida es sagrado e inalienable

Actualmente, en Argentina el aborto es legal sólo en caso de violación o cuando la salud de la mujer está en riesgo. Las nuevas medidas pretenden, en cambio, legalizarlo a todos los efectos, a pesar de que el Senado ya ha votado en contra. Por ello, los obispos locales expresan su preocupación, definiendo la ILE como una medida "inapropiada" y reafirmando que, contrariamente a lo que se pretende, los ciudadanos están "a favor de la dignidad y del valor sagrado e inalienable de la vida".

En el mensaje de Navidad, titulado significativamente "Nos ha nacido un niño, nos ha sido dado un hijo" (Is 9,5), el Episcopado argentino recuerda que en la pobreza del pesebre, "Dios nos ha enseñado muchas cosas sobre la dignidad de la vida humana. Por eso estamos heridos y preocupados por esta forma de actuar de instituciones que evitan el debate, razonable y democrático, sobre la protección de la vida, el primer derecho humano".

Proteger la vida desde la concepción

"Existe una jerarquía normativa que ha sido violada por la imposición de este Protocolo por parte de un ministro individual, en contraste con la Constitución Nacional, el Código Civil y otras regulaciones que protegen la vida desde la concepción", reiteran los prelados.

"Lo que el Parlamento nacional no legisló al final de un debate democrático, que también prevé un debate público por parte de todos los sectores y de todas las instituciones -continúa explicando el mensaje-, acaba de ser definido por un Protocolo inapropiado".

El mensaje concluye con el deseo de los obispos de que a nadie "se le niegue el derecho a vivir con dignidad y a tener una familia, un credo y la felicidad".