Arquidiócesis de México: “Terminemos con la corrupción”

Ciudad del Vaticano

“Conscientes de que el fin de la corrupción no solo depende de las políticas públicas, sino de la justicia y honestidad de cada uno […], queremos motivar e impulsar la construcción de una sociedad justa, honesta e íntegra, sellando con los valores del Evangelio de Jesucristo este firme propósito: Terminemos con la corrupción”. Es el mensaje que publica la Arquidiócesis de la Ciudad de México a través de una Nota Editorial, a vísperas de concluir el año 2019, en el que invita a que se termine con la violencia, la inseguridad, la corrupción, que son los principales males que aquejan a este país.

Aspirar a ser rostros de Dios, para contrarrestar la corrupción

En la Nota, la Arquidiócesis de México recuerda que, “de la justicia y la honestidad de cada uno depende una sociedad más sana y pacífica”; por ello, no pensemos en obligar al vecino a terminar con su corrupción, o critiquemos al de enfrente por sus malos actos. Sino que cada uno, para contrarrestar la corrupción, podríamos aspirar a ser rostros de Dios, hacer el bien como Él y amar a todos como Él.
Asimismo, en el Editorial se identifica a “la violencia, la inseguridad, la corrupción”, como los principales males que aquejan a este país, males que comienzan en la base del núcleo social: la familia. “Si bien el entorno incide en el desarrollo positivo o negativo de las personas – recuerda el Documento – la educación en casa, principalmente con el testimonio de los padres, tiene el mayor peso, y desde ahí debemos comenzar”.

La corrupción, una dolorosa enfermedad social

En este sentido, es importante que, “asumamos el compromiso de aplicar, cada uno de nosotros, y desde nuestros campos de influencia, el antídoto de una vida más justa y honesta para terminar con este mal”. Es importante que terminemos con los actos que, de uno en uno, terminan por afectar nuestra individualidad, y que, sumados uno con otro, lastiman a nuestras familias, y que, multiplicados por millones, desarrollan una dolorosa enfermedad social.

Construyamos un mejor país y una mejor sociedad

La Nota también señala que, lamentablemente nuestra realidad nos ha demostrado que no ganamos nada con quejarnos del otro, con criticar al de enfrente, o esperar a que los demás cambien para hacer lo propio. Por ello, al celebrar el Nacimiento de Jesús entre nosotros y el nacimiento de un nuevo año que nos permite escribir una nueva página, estamos invitados a construir de una vez por todas un mejor país, y una mejor sociedad. Y para alcanzar esta aspiración es necesario que “aprendamos a ser cercanos y a dialogar”. “Seamos solidarios con los más pobres, tratemos de remediar las necesidades más apremiantes de las personas solas, ancianas y enfermas; brindemos nuestra ayuda a quien experimente la fragilidad o el fracaso”.

Motivar e impulsar la construcción de una sociedad justa

Finalmente, la Arquidiócesis de México señala que, “el Gobierno tiene una imperante obligación, y un compromiso hecho para terminar con la violencia, la inseguridad y la corrupción”. Pero tampoco olvidemos que nosotros tenemos una responsabilidad social muy grande que asumir. Por ello, conscientes de que el fin de la corrupción no solo depende de las políticas públicas, sino de la justicia y honestidad de cada uno de los miembros de las familias, instituciones educativas, empresas, instituciones religiosas, y agrupaciones de cualquier tipo, queremos motivar e impulsar la construcción de una sociedad justa, honesta e íntegra. Y para esto es necesario “que nuestra participación social en la vida colectiva manifieste cómo el amarse los unos a los otros es una solución práctica para terminar con la corrupción”.