Obispos españoles: Adviento, tiempo de esperanza y vigilancia gozosa
Ciudad del Vaticano
El Adviento es un tiempo de esperanza y vigilancia gozosa: la Conferencia Episcopal Española lo declara, a través de un mensaje difundido por la Comisión Litúrgica. "El comienzo del nuevo año litúrgico con el tiempo del Adviento -leemos en el texto- no significa, al contrario de lo que podría parecer, una pausa; el Adviento, en efecto, pone al pueblo cristiano en tensión espiritual hacia la venida del Hijo de Dios". Las cuatro semanas previas a la Navidad, por tanto, son "el momento oportuno para animar la virtud de la esperanza, con la conciencia de que sólo Dios es el Salvador del mundo y que en Él reside el sentido de toda la existencia".
Los obispos españoles recuerdan entonces que "la virtud de la esperanza, inspirada por la venida de Cristo, encuentra en el tiempo de Adviento un complemento necesario: la vigilancia". "Hay que esperar", escriben los obispos, porque "Cristo mismo nos exhorta a prepararnos adecuadamente para su venida". No sólo eso: la Iglesia española subraya que "la vigilancia es un antídoto contra el pecado", porque "se alimenta de la oración". Como dijo Benedicto XVI en el Ángelus del 3 de diciembre de 2006, "El Adviento es por excelencia el tiempo de la esperanza, en el que se invita a los creyentes en Cristo a permanecer vigilantes y activos, alimentados por la oración y el compromiso activo del amor".
La Iglesia española reafirma también la importancia de la Palabra de Dios y sugiere, "para este tiempo litúrgico", "la meditación de los textos bíblicos más importantes", que ayudan a comprender el sentido de la espera del Hijo de Dios. Finalmente, los obispos reflexionan sobre la piedad popular que, a lo largo de los siglos, "ha desarrollado formas que oscilan entre la espera de la llegada del Salvador y el asombro ante el extraordinario acontecimiento de la Encarnación". Estas formas se concretan significativamente en la "Corona del Adviento que recuerda las diferentes etapas de la historia de la salvación" y en la "Novena de Navidad que invita a los fieles a participar en las celebraciones".
No sólo eso: los obispos señalan que "la piedad popular es un excelente remedio contra la visión comercial generalizada de la Navidad: de hecho, exhorta a la vida cristiana a la sobriedad, a la sencillez gozosa, a la solidaridad con los pobres y a la conciencia del valor de la vida y del deber de respetarla y protegerla, desde la concepción.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí