Myanmar. En esta cuaresma, la Iglesia contra el holocausto ambiental
Ciudad del Vaticano
En Myanmar, el período de Cuaresma, además de ser un tiempo de reconciliación entre Dios y el hombre, entre los pueblos y entre el hombre, será un tiempo de reconciliación con el medio ambiente. Es esto lo que el cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon, ha sugerido en su Mensaje de Cuaresma 2020, publicado el 16 de febrero, indicando algunas medidas que deben tomarse para proteger el medio ambiente durante los 40 días de la Cuaresma.
La codicia y el egoísmo dañan el mundo
En la carta, también firmada por Monseñor John Saw Yaw Han, obispo auxiliar de Yangon, se destaca que “la codicia y el egoísmo humanos son los que dañan el mundo en el que vivimos” - agua, viento, tierra, montañas y animales -, y subraya que, para reconciliarse con Dios, con las personas y el medio ambiente, y para la coexistencia pacífica, es “importante cambiar nuestras actitudes, comportamiento, la forma en que hablamos y escribimos”.
Cuaresma para preservar la casa común
El cardenal sugiere a los sacerdotes, religiosos y laicos que sigan durante 40 días, del 26 de febrero al 12 de abril, algunas pautas, entre ellas la lectura de la encíclica Laudato si' del Papa Francisco, el estudio de libros dedicados al medio ambiente, el cultivo de hortalizas, el riego y la plantación de árboles, el paseo por el jardín, la meditación y la oración por el Papa, que nos anima a proteger y preservar nuestra “casa común”.
Necesidad de una conversión ecológica
El presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáticas ha hablado en repetidas ocasiones sobre la degradación del medio ambiente, informa UCA News. En un vídeo mensaje que acompañaba a la campaña de reforestación de Caritas (Karuna Mission Social Solidarity) en julio de 2019, instó a todos los ciudadanos de Myanmar a plantar y cuidar al menos 10 árboles para que el país fuera más verde.
Además, el Prelado denunció que “los terroristas económicos y los terroristas ecológicos” son la causa de la degradación del medio ambiente, citando la Asamblea de Religiosas y Religiosos de Asia y Oceania (AMOR), celebrada en Yangon en febrero de 2017. Ante la codicia humana, que sigue alimentando la crisis ecológica mundial y que es responsable de un verdadero “holocausto ambiental”, como lo ha calificado el Arzobispo de Yangon, la necesidad de una verdadera conversión ecológica por parte de todos es cada vez más urgente.
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