Consulta anti usura: es necesario que los bancos apoyen a las familias
Marco Guerra - Ciudad del Vaticano
"Ciertamente los usureros deben ser procesados legalmente, pero a Jesús y a la Iglesia le interesa la conversión de sus corazones". Así, el presidente del Consejo Nacional Antiusura "Juan Pablo II", Monseñor Alberto D'Urso, acoge y relanza la oración del Papa Francisco por las familias en crisis y la conversión de los usureros, pronunciada en la mañana del 23 de abril en la misa de Santa Marta.
En primera línea contra la usura
Desde hace más de 25 años Monseñor D'Urso se enfrenta a aquella "pandemia social" denunciada por el Santo Padre con la Fundación anti usura "San Nicola e Santi Medici", compromiso que en 2001 lo llevó a figurar entre los fundadores de la Consulta Nacional Anti usura, aprobada y financiada por la Conferencia Episcopal Italiana. Precisamente, aprovechando la experiencia de más de diez años, la Consulta ha escrito al Presidente del Consejo de Ministros italiano, Giuseppe Conte, en los últimos días para pedir que se incluyan en el Decreto "Salva Italia" dos medidas urgentes para apoyar a las personas ya pobres, sobre endeudadas y que corren el riesgo de sufrir usura.
Las propuestas enviadas al gobierno
En primer lugar, se propone que el Decreto "Salva Italia" modifique los criterios de acceso al Fondo de Solidaridad para las víctimas de la usura (art. 14 de la Ley 108/1996) ampliándolo también a las familias y a todas las personas físicas que son víctimas del delito de usura. En la actualidad, el acceso al Fondo está destinado exclusivamente a los agentes económicos, comerciantes, artesanos, artistas y profesionales. Además, se pide que el 50% de los residuos anuales no utilizados por el Fondo para intervenciones de solidaridad hacia las víctimas de la usura se asignen al Fondo de prevención de la usura.
Monseñor D'Urso: los pobres están aumentando cerca nuestro
Entrevistado por Vatican News, Monseñor Alberto D'Urso ofrece una reflexión que no se detiene en la ley, sino que se une al llamado del Papa a abrir los corazones a la atención hacia las víctimas marginadas de la usura:
R. - La homilía del Papa este 23 de abril en la Casa Santa Marta confirma su sensibilidad hacia los pobres y las victimas de usura, que son personas sin voz, los más pobres de entre los pobres, los menos escuchados.
R. - Ciertamente, en el plano legal los usureros son perseguidos, pero a Jesús, a la Iglesia y al Evangelio les interesa principalmente su conversión. Y así fue para el evangelista Mateo, así fue también para Zaqueo y para todos aquellos que tenían una relación equivocada con el dinero y el poder.
Como presidente de la Consulta Nacional Anti usura, ¿qué riesgos señala en relación con la crisis económica causada por la pandemia?
R. - Hoy en día basta con ir de compras para ver que los productos alimenticios han aumentado más de un 5%. Así que vemos que la situación de los pobres en este período ya ha empeorado, el número de pobres que llaman a las puertas de nuestras iglesias y a las puertas de nuestras fundaciones está aumentando.
¿Existen organizaciones delictivas que puedan aprovecharse de esta situación?
R. - Las organizaciones delictivas se están aprovechando ciertamente de esta contingencia. Porque si es cierto que los bancos han "cerrado los grifos", las organizaciones delictivas siempre están dispuestas a proporcionar, porque inmediatamente después están listas para tomar posesión de los bienes de las personas necesitadas. Por otra parte, estamos asistiendo a la plena recuperación del mercado de venta de oro y objetos preciosos: quienes compran suelen esconderse bajo otros nombres y suelen ser personas del mundo de la delincuencia organizada.
Por lo tanto, es esencial que los bancos garanticen la liquidez a las empresas y a las familias. ¿Detener el acceso al crédito en este momento significa arrojar al pueblo a los brazos de los usureros?
R. - Sí, es realmente necesario que los bancos abran sus grifos al máximo. Esto es lo que le hemos pedido a los bancos y lo que le estamos pidiendo al gobierno. Pedimos al gobierno que suspenda el pago de las cuotas de la hipoteca y los préstamos durante 9 meses, y que suspenda los procedimientos de ejecución hipotecaria hasta el 31 de diciembre. Además, desde hace más de 20 años venimos pidiendo que las familias tengan acceso al artículo 14 de la Ley 108/96, que prevé beneficios para las empresas y las personas que se dedican a la economía y están afectadas por la usura.
El Papa en su homilía, más allá de la justicia terrenal, vuelve a hablar de esa conversión del corazón, un paso fundamental para un verdadero cambio...
R. - En este momento la ley no es suficiente aquí, o abrimos nuestros corazones a la atención hacia los marginados o no lograremos hacer nada. Es inconcebible pensar en un mundo político ajeno a los problemas y a las necesidades de las personas. En cuanto a los bancos, sería necesario dejar de pensar sólo en las ganancias. La ganancia debe ser en función de las personas y no al contrario. En cambio, vemos que esta ganancia es siempre para unos pocos y no se convierte en promoción del bien común, en dignidad de las personas.
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