Covid-19. Obispos de Japón y Filipinas: oración, compasión y solidaridad
Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
"Roguemos al Padre a través de nuestro Señor Jesucristo para que dé la ayuda y la fuerza necesaria a todos los que la necesitan: enfermos, difuntos, agentes sanitarios, líderes y a quienes han sido duramente afectados económicamente”. Son las palabras del presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa, Monseñor Mitsuaki Takami, en un comunicado publicado en la página web del Episcopado, en el que se presenta a los fieles una "Oración por el mundo que sufre la nueva pandemia de coronavirus", aprobada por los obispos el pasado 3 de abril.
Sin Cristo no podemos hacer nada
Que los hombres no olviden ser "como polvo, hierba salvaje, aliento y sombra”, invita el Arzobispo de Nagasaki, subrayando la fragilidad del hombre en este momento de crisis, que no obstante su capacidad para lograr avances en la ciencia y la tecnología, ahora “está asustado por la amenaza del virus, estresado por el confinamiento que le impide interactuar con otros hombres” y “lucha para evitar el contagio”. Y es en este momento, que los hombres deben renovar su confianza en Dios – observa – porque "sin Cristo no podemos hacer nada, pero no tememos nada y confiamos en Dios y esperamos la salvación”.
Acercarnos a los demás con misericordia y compasión
Exhortando a mirar con nuevos ojos la vida religiosa, el prelado afirma que la suspensión de las misas dominicales ha puesto de relieve el significado de esta celebración semanal, que recuerda “el día de la Resurrección de Cristo”. Y en este sentido, afirma que Jesús en la Eucaristía “viene a recordarnos que todos estamos unidos en Él, y Él está con nosotros, para que "podamos acercarnos a los demás con amor y misericordia"; para mostrar a los demás, en tal situación, un espíritu de compasión; “no culpar ni discriminar a quien está enfermo sino ser sensibles hacia ellos y rezar por su recuperación”.
Filipinas: la cuarentena ha impulsado a la solidaridad
Por su parte, también Monseñor Sócrates Villegas, Arzobispo de Lingayen-Dagupan (Filipinas) y ex presidente de la Conferencia Episcopal, presidiendo la misa de Ramos en la catedral, recordó los sufrimientos, pero también la lección que está dejando esta pandemia: “El mundo es un solo barco, no muchos barcos; hay muchas muertes en todo el mundo, pero también muchos héroes en primera línea; la cuarentena nos ha aislado, pero también nos ha empujado a ser más compasivos y solidarios con los demás", dijo.
Refiriéndose seguidamente al significado de la Semana Santa, el prelado subrayó que lo que nos hace santos no es el dolor en sí mismo, sino "el dolor compenetrado por el amor", porque "sólo con el amor se perdonan los pecados y sólo con el amor podemos redimirnos", amor donado gratuitamente y hasta el final, como hizo Jesús. "Los necios, en cambio, quieren el control del otro, son guiados por miedos y amenazas", precisó el arzobispo filipino. En cambio, ante el coronavirus que "nos ha despojado de nuestra seguridad y de la ilusión de poder controlarlo todo", se tiene la prueba de que sólo "Dios tiene el control". Jesús, de hecho, obedeció a la voluntad del Padre y, "dejándose llevar, se salvó". He aquí, entonces, la lección que hay que aprender, subrayó el Arzobispo: "La obediencia a Dios salva”.
Redescubrir la verdadera humanidad que ayuda al prójimo
De ahí la exhortación de monseñor Villegas a los fieles a redescubrir la verdadera humanidad, que no teme a la enfermedad para ayudar al prójimo, que cuida de los enfermos, que ofrece comida gratis a los hambrientos. Al final de la misa, el arzobispo de Lingayen-Dagupan, con su máscara protectora, recorrió la diócesis en una camioneta para bendecir los ramos expuestos por la población.
El llamado de las campanas a orar unidos el 8 de abril
Al pueblo filipino llegó también el llamado del arzobispo Rómulo Valles, presidente de la Conferencia Episcopal del país (CBCP), invitando a las parroquias a hacer sonar sus campanas, mañana 8 de abril a las 15.00 horas, "para señalar el comienzo de una oración interreligiosa por televisión" organizada por el gobierno para detener la pandemia de coronavirus. "Será reconfortante y alentador -dijo Monseñor Valles- que nuestro pueblo perciba y observe que en estos tiempos difíciles hay un espíritu de unidad y colaboración", se lee en el sitio web del Episcopado.
La oración ecuménica, iniciativa de un grupo de trabajo gubernamental para el manejo de enfermedades infecciosas emergentes (IATF-MEID), será dirigida mañana por la Capellanía de las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP), como explicó el obispo Oscar Florencio del Ordinariato Militar. "Los capellanes de la AFP - afirmó Monseñor Florencio- nos ayudarán a invocar la poderosa ayuda de Dios mientras le suplicamos que sane a los afectados por el Covid-19 y nos libere de esta pandemia". Al 7 de abril, Filipinas registró 3.764 casos de Covid-19 y 177 muertes.
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