México: los Obispos piden dejar de lado los intereses personales
Ciudad del Vaticano – Alina Tufani
Ante la urgencia que causa de la pandemia de COVID-19, los Obispos de la Conferencia Episcopal mexicana que incluso se han visto obligados a suspender su 109ª Asamblea Plenaria, manifiestan textualmente en un mensaje:
Asistir a quienes se han quedado desocupados
Atentos a los acontecimientos, organizando las ayudas y buscando soluciones ante esta emergencia, los Obispos mexicanos invitan a quienes tienen el poder de decidir sobre los grandes proyectos y obras nacionales a destinar recursos para asistir a quienes no tienen trabajo y para mitigar las carencias de alimentos en muchos hogares.
Exigencias ineludibles: salud, alimentación y trabajo
En el mensaje los Prelados subrayan que la salud, la alimentación y el trabajo son exigencias ineludibles en esta pandemia. En efecto, se lee en el texto:
La grave contingencia nacional puede ser una oportunidad
En este contexto, la Iglesia en México considera que esta grave contingencia nacional puede ser una oportunidad para que el Gobierno federal, estatal y municipal, junto con los empresarios, lideren con todos los recursos humanos y materiales una nación que en su pluralidad ahora requiere y exige unidad para superar el flagelo.
Rehacer el tejido social
Los Prelados añaden asimismo que el mayor desafío es “rehacer el tejido social, resaltando los valores humanos, dando primacía a la vida” y elevan con esperanza su voz en favor de la belleza de la vida y de la dignidad humana. Por otra parte, el episcopado de esta nación recuerda que la vida es sagrada y pertenece a Dios, por lo tanto, es inviolable y no se puede disponer de ella, sino que debe ser acogida, tutelada, respetada y servida desde su gestación hasta la muerte. A la vez que reafirman:
Todos, sin distinción, en el corazón de sus pastores
Reconocimiento a quienes garantizan los servicios
Un reconocimiento y un agradecimiento especial lo dirigen al personal sanitario que expone su vida y la de su familia a diario, así como a los encargados de reponer los productos en los mercados, de los limpiadores, de los transportistas, de las fuerzas de seguridad, sin olvidar a los sacerdotes, religiosos y laicos que, en medio de la pandemia, continúan con las obras de solidaridad a los más necesitados, vulnerables y desprotegidos. Igualmente, valoran la labor de las personas que buscan, con creatividad y coraje, que las fuentes de empleo no se cierren y la de quienes, en esta situación, se esfuerzan por ser consuelo y fortaleza para los que sufren.
Superar las diferencias que lastiman y entristecen
Los Obispos mexicanos recuerdan que todas las personas e instituciones sociales están llamadas a unir fuerzas y sobreponerse ante esta grave crisis. “Ante la tentación del egoísmo, de la fragmentación y de la autosuficiencia – se lee en el mensaje – todos estamos llamados a trabajar por la unidad, superando las diferencias que nos lastiman y entristecen”.
Tormenta inesperada y furiosa
Retomando las palabras del Papa Francisco que describió esta pandemia como “una tormenta inesperada y furiosa” que nos hizo ver “que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados", los Obispos proclaman que la esperanza en Jesús Resucitado es “certeza y camino” y recuerdan que a lo largo de esa historia el pueblo mexicano ha sabido sobreponerse a momentos difíciles de donde ha salido fortalecido.
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