Obispos Nueva Zelanda: “tras la pandemia, construir Iglesia y sociedad mejores”
Roberta Barbi – Ciudad del Vaticano
"Kia tau te rangimārie kia koutou" significa "la paz sea contigo" en idioma maorí. Así comenzó la carta escrita por los obispos de Nueva Zelanda y publicada en el sitio del Episcopado con motivo de una Pascua bastante especial, vivida en nombre de la cuarentena y el aislamiento: "En la tarde del primer día de Pascua, mientras los discípulos estaban cerrados por el terror, de repente Cristo Resucitado se les apareció y dijo: "La paz sea con ustedes", mostrando las heridas en las manos y en el costado".
"Su saludo de paz es lo que compartimos con ustedes en esta temporada de Pascua, sabiendo que Jesús triunfó sobre el aislamiento del sepulcro y cómo Cristo Resucitado se encuentra entre nosotros, en nuestro aislamiento del Coronavirus, ofreciéndonos su paz - escriben los obispos - nuestra Pascua, vivida y celebrada en aislamiento, fue una Pascua como nunca antes la habíamos experimentado. Sentimos el dolor de no poder celebrar liturgias juntas en nuestras iglesias; algunos de ustedes esperaban ser bautizados en la Vigilia Pascual y esto no pudo suceder”.
“Para muchos, el futuro parece incierto o incluso terrible. Mientras tanto, seguimos viviendo la experiencia de estar cerrados en casa y sabemos que, para muchas familias, esta situación se está volviendo difícil y estresante - continúan los prelados - a pesar de estas pruebas, muchos de ustedes se han conectado online a las celebraciones de los días de Pascua, participando de una nueva manera en la vida de la Iglesia".
"En medio de este aislamiento, como nación, nos dimos cuenta de que en nuestra vida pasada fuimos seducidos por la búsqueda de cosas triviales y dábamos por sentado las cosas importantes para la vida, explican, en cambio, en este momento de desaceleración las actividades cotidianas de las personas han vuelto a descubrir la belleza de hacer cosas juntas, como familia, el mundo se ha vuelto más pacífico y hemos vuelto a observar la belleza de la naturaleza. Resultó ser un momento de reflexión que nos permitió revisarnos a nosotros mismos y nuestra forma de vida".
“Con esta Pascua, por lo tanto, se nos ha ofrecido la oportunidad de morir junto con Jesús y de resucitar hacia un nuevo comienzo, concluyen, nuestra esperanza y nuestra oración es que cuando salgamos de la tumba del aislamiento, trabajaremos juntos como comunidad para construir una mejor iglesia y sociedad. Nuestra esperanza es que todos seremos más fuertes en nuestras relaciones mutuas y en nuestra apreciación del don de la vida, más ardientes en nuestra fe, esperanza, amor y servicio".
Nueva Zelanda, un país a menudo indicado como modelo en su capacidad para detener la pandemia en su interior, en el día de ayer, 14 de abril, sin embargo, alcanzó los 1.366 infectados, con 4 víctimas en un solo día: la cifra más alta desde el comienzo de la pandemia. Entre las medidas implementadas por el gobierno local y consideradas estratégicamente ganadoras, destaca la repentina proclamación del estado de emergencia que permitió el cierre de las fronteras externas y una difusión masiva de test de diagnóstico.
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