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Polonia. Monseñor Gądecki: “Oremos por la paz y la reconciliación”

En el 75 Aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Dachau, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, recuerda a todos los miembros del clero polaco que murieron en Dachau y reza por la paz y la reconciliación.

Vatican News

“Recordamos en nuestras oraciones a quienes han experimentado el sufrimiento. Que sea una expresión de nuestra memoria, del honor y la solidaridad con los mártires y una petición a Dios por la paz y la reconciliación para todos, el campo de concentración de Dachau fue el prototipo y modelo de otros campos de concentración sucesivos: es uno de los símbolos más horribles en la historia de la barbarie nazi durante la Segunda Guerra Mundial”, lo escribe Monseñor Stanisław Gądecki, Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia (CEP), en un Mensaje publicado en el sitio web del Episcopado Polaco, con ocasión del 75 Aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi de Dachau.

El horror y la oscuridad de Dachau

En el día en que Polonia recuerda, en particular, a todos los miembros del clero polaco que murieron en Dachau, el Presidente del Episcopado Polaco recuerda que, “este campo estaba habitado por prisioneros de todos los países de la Europa conquistada. De las aproximadamente 250.000 personas encarceladas – precisa Monseñor Gądecki – 148.000 fueron asesinadas. Este lugar se apodera de nosotros con horror y nos conmueve cuando recordamos los rostros de los individuos que murieron en la oscuridad del campo. Personas de diferentes naciones y grupos sociales”.

Trataron de sacar a Dios de sus vidas

Asimismo, Monseñor Gądecki hace notar que entre los intelectuales recluidos en este campo de concentración había un importante grupo de clérigos. Eran unos 2.794 prisioneros: diáconos, sacerdotes diocesanos y religiosos, así como obispos de varias confesiones cristianas. Entre ellos, unos 1.780 eran sacerdotes católicos. “Lo que debió haber causado sufrimiento al clero, en particular, fue el intento de sacar a Dios de sus vidas – afirma el Prelado – no se les permitía celebrar la Misa, recitar el breviario, rezar ni tener ningún objeto religioso con ellos. También les prohibieron el servicio espiritual a los prisioneros moribundos”.

Consecuencias del rechazo a Dios

El Presidente de la Conferencia Episcopal Polaca también señala que, en la conciencia colectiva de la población hay una fundamental falta de conocimiento del hecho de que, durante la Segunda Guerra Mundial, el clero católico polaco sufrió el mayor porcentaje de pérdidas en el país. Esto se dio, según el Prelado, “porque el Creador fue rechazado, la fuente de la decisión sobre lo que es bueno y lo que es malo. Se ha rechazado lo que constituye la humanidad en el sentido más profundo, es decir, el concepto de naturaleza humana como realidad, sustituyéndolo por un producto del pensamiento libremente conformado y libremente modificado según las circunstancias”. Este campo de concentración, agrega Monseñor Gądecki, nos advierte casi tangiblemente de lo que es capaz un hombre que creció con el espíritu de oposición al Creador y al mismo tiempo deseoso de controlar el mundo. La violencia destruye lo que le gustaría defender, es decir, la dignidad humana, la vida, la libertad.

Una peregrinación individual y espiritual

Finalmente, debido a la actual epidemia del coronavirus, la peregrinación del clero polaco a Dachau (Alemania), que debía tener lugar nuevamente este año, en el 75º aniversario de la liberación del campo, ha sido postergada a una fecha por determinar. Por ello, Monseñor Gądecki anima a todos a hacer una peregrinación individual y espiritual a este lugar, recordando a los mártires que perdieron allí su vida: “Hoy, una vez más, queremos rendir homenaje a todos los prisioneros que murieron en Dachau y a los que siguen muriendo como víctimas del odio en el mundo”.

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30 abril 2020, 10:49