"Todo es gracia": carta del Patriarca Moraglia a la diócesis en tiempo de Covid-19
Tiziana Campisi – Vatican News
El Patriarca de Venecia Francesco Moraglia escribió una carta a la diócesis con motivo de las solemnidades de Pascua que no se podrán vivir de la manera habitual a causa de la emergencia de coronavirus. En su carta, a la que tituló "Todo es gracia", el Patriarca agradece en primer lugar a los sacerdotes que "con sus comunidades se prodigan para mantener viva la comunión en este tiempo de diáspora" y a aquellos que "se han ofrecido a seguir espiritualmente a los enfermos de Covid-19", y también a las Cáritas diocesanas, los comedores, los dormitorios, los centros de ayuda, las casas que acogen a los más frágiles. Monseñor Moraglia dirige luego un recuerdo especial a los enfermos, los difuntos y sus familias y pide a todos, en cumplimiento de las disposiciones de la ley, "que se comprometan, con espíritu de fe, con sabiduría y sana creatividad, a mantener vivo hasta el más mínimo resquicio de reciprocidad". Por consiguiente, el Patriarca de Venecia reflexiona sobre el hecho de que la situación actual está demostrando que "la solidaridad y la interdependencia no son sólo reglas que deben aplicarse, sino estilos de vida que deben asumirse". "Como Iglesia (...) debemos buscar un nuevo enfoque cultural - observa Monseñor Moraglia - elaborar nuevos estilos de vida, para colocar (...) en el centro del cuadrante de la cultura y la sociedad la persona y la relación en la que se basa su origen: la familia". El Patriarca pide a las autoridades civiles que piensen en "una actividad financiera y a una economía (...) atentas a la cuestión ética", que "sepan considerar las fragilidades y necesidades de los hombres".
"Debemos prodigarnos por una cultura política (que no se improvisa), capaz de anteponer la persona y el bien común de la salud, antes que otras elecciones, sobre todo, antes de la preocupación por el PIB - añade Monseñor Moraglia - Así pues, debemos comprometernos por una finanza y una economía que pongan en primer lugar el destino universal de los bienes, correlacionando equilibradamente con este principio el de la propiedad privada". El Patriarca de Venecia invita entonces a los creyentes a despertar sus energías dormidas y a "redescubrir vocaciones y talentos ocultos, reavivando el anuncio del Evangelio" y "renovando las intenciones olvidadas". Luego recuerda el pensamiento querido por varios santos: "Todo es gracia". Un pensamiento que acompañó a muchos - como Santa Teresa del Niño Jesús y Dietrich Bonhoeffer - en los momentos más oscuros de la vida, llevándolos "a creer que Dios está siempre estaba manos a la obra precisamente cuando parecía ausente". "Sí, todo es gracia, y para quien quiera escudriñar el Misterio, entonces lo invisible se hace visible -concluye Monseñor Moraglia- y es evidente que, si todo lo que sucede no es sólo voluntad de Dios, sin embargo, nada sucede sin que su voluntad lo permita; o Dios lo quiere o Dios lo permite, siempre en un horizonte de bien más alto". Finalmente, el Patriarca de Venecia invoca la intercesión de Nuestra Señora de la Salud, para que en esta prueba se pueda sentir su presencia maternal.
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