Arzobispo de Lima: Educarnos como sociedad a partir del diálogo y la escucha
Ciudad del Vaticano
“Actitudes humanas y cristianas en tiempos de pandemia”, es el título del ciclo de video mensajes que Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado de la Iglesia en el Perú, viene difundiendo con el fin de profundizar sobre la dimensión humana y cristiana en medio de tanto sufrimiento generado por la emergencia sanitaria del Covid-19. En el cuarto y último episodio de este ciclo de video mensajes, el Prelado limeño, reflexiona acerca de la necesidad de educarnos mutuamente como sociedad a partir del diálogo y la escucha, tal y como lo hizo Jesús, maestro y educador que enseñó pedagógicamente a sus discípulos a partir de las experiencias compartidas.
Falta de conciencia social y amor propio
La reflexión del Arzobispo de Lima parte de la constatación de un hecho ocurrido hace pocos días en la ciudad de Piura, ubicada al norte del Perú, en la que se verificó que un grupo de personas hizo una larga fila para comprar cerveza en grandes cantidades. Ante ello, Monseñor Castillo señaló que, “la ‘viveza’ y ‘criollada’ que tenemos los peruanos para escapar de las normas de aislamiento social obligatorio”, no ayudan a evitar la propagación del virus; esto dijo, “es una falta de conciencia social, no hay amor propio ni amor a la comunidad”. Por ello, afirmó el Prelado, es importante que tomemos este tiempo de pandemia como una oportunidad para volver a aprender normas de vida adecuadas y justas. “Debemos tener una actitud educativa para aprender nuevas maneras de organizarse en la vida – subrayó Monseñor Castillo – renunciando a ciertas cosas. Debemos escuchar las directivas y reflexionarlas para ver las consecuencias que eso puede tener en nuestras vidas”.
La pedagogía de Jesús: experiencias compartidas
Para explicar la actitud educativa de nuestra fe cristiana, el Arzobispo de Lima comentó el Evangelio del III Domingo de Pascua (Lc 24,13-35), que narra el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús. Ante la desesperanza de estos dos discípulos, el Señor se les aparecerse y no los recrimina, sino que primero los educa. Monseñor Castillo indicó que, para educar Jesús les pregunta siempre a las personas qué cosa les está pasando, escucha la realidad. Y la mejor manera de educarnos, agregó el Prelado, es diciendo los problemas y las experiencias que tenemos desde dentro, no vamos nunca a comprender ni a recibir un consejo si antes no sabemos qué tenemos. “Después que los discípulos contaron todo su drama, viene el consejo del Señor y quien les explica las cosas, les va profundizando, hasta el punto que los discípulos dicen: ¿no ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las escrituras? Porque cuando uno educa requiere de alguien que lo quiere y acompañe para hacerle ver las cosas sin imponer, sino partiendo del drama vivido”.
Ayudémonos unos a otros a educarnos
Por ello, el Prelado limeño recordó que, antes de tomar decisiones sin pensar, tenemos que darnos un tiempo para ver nuestro propio drama y para decirnos unos a otros qué nos está pasando. “Todos estamos llamados a entrar en un momento de reflexión que nos ayude a poder salir adelante en nuestra sociedad – prosiguió el Obispo de Lima – acompañemos unos a otros a educarnos, especialmente a nuestros hijos que pasan los días en casa y asisten a las clases virtuales. Compartamos y hagamos un diálogo para comprender lo que se dice en clases, tomando como ejemplo el gesto del Señor con sus discípulos”. Y finalmente, dirigiéndose a los hogares limeños, Monseñor Castillo propuso que, además del desarrollo de las clases virtuales, se generen espacios de “conversación real” con algunos de los miembros del hogar para acompañar a los hijos y hablar sobre lo aprendido en cada jornada.
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