Chile. Obispo de Temuco: volver a pensar las prioridades en la vida del hombre
El obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas Bastidas, reflexiona en su columna dominical en el Diario Austral de la capital regional de La Araucanía sobre las consecuencias de la pandemia de Covid-19, que han llevado “a la reducción de la producción y a la quiebra de distinto tamaño de empresas, obligando a trabajar a tiempo parcial por menos ingresos, o perder empleos por completo”. Sin asistencia, recuerda, “estos trabajadores pueden enfrentar grandes dificultades económicas, retrasarse en el pago de la deuda, sufrir el embargo, y correr el riesgo de ser desalojados”.
Resalta que los gobiernos están tomando diversas medidas políticas para amortiguar los impactos económicos del COVID-19, "privilegiando las personas más vulnerables que son los trabajadores de bajos salarios en hogares de bajos ingresos". Asimismo, “los expertos en salud pública recomiendan que las empresas alienten a los empleados a trabajar desde casa para evitar la propagación del virus”. Pero el trabajo remoto – puntualiza – no es una opción para miles de trabajadores en sectores como el comercio minorista, restaurantes, servicios personales, trabajos puntuales sin continuidad, y los sectores informales.
Según Monseñor Bastidas la situación que se vive lleva al interrogativo sobre la cantidad de personas que trabajan con un contrato que les asegure una remuneración justa a fin de mes, el pago de sus leyes sociales, el seguro de cesantía, acceder a créditos, a vivienda, salud y pensiones dignas. “¿Cuántos trabajan y sobreviven de una ocupación informal, y por ello no acceden a lo anterior?” “¿Corremos el riesgo que lo formal, de ser un derecho, se transforma en un privilegio para los menos?”
Es justo reconocer y agradecer las distintas leyes que las autoridades políticas han venido aprobando con el fin de aminorar el impacto social y económico de la pandemia, señala el obispo, pero añade que sin embargo “el hecho de continuar anunciando nuevas medidas, puede ser señal que cada vez más se van conociendo nuevas y frágiles formas del submundo del trabajo y su drama humano, cuya realidad escapa al conocimiento oficial, y por ello no alcanzadas aún por estas políticas de auxilio”.
Finalmente, Monseñor Bastidas señala que la pandemia podría ser una oportunidad "para disponer de otro modo las prioridades esenciales de la gente, como el trabajo, a la hora de definir las grandes inversiones del mundo privado, como los presupuestos de la Nación”.
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