Buscar

El Papa y los Obispos de las Antillas / Foto de archivo El Papa y los Obispos de las Antillas / Foto de archivo

Obispos de las Antillas proyectan un Sínodo regional para promover identidad caribeña

La Conferencia Episcopal de las Antillas, reunida “virtualmente” en Asamblea Plenaria, ha propuesto convocar a un Sínodo para la región del Caribe, con el fin de definir la misión de la Iglesia en los próximos años y fomentar una identidad regional más profunda dentro de todo el Pueblo de Dios.

Ciudad del Vaticano

Con el fin de "fomentar una identidad regional más profunda dentro de todo el Pueblo de Dios", los miembros de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC) – que recientemente se reunieron a través de video conferencia en Asamblea Plenaria – decidieron convocar un Sínodo para la región del Caribe. Será una de las "grandes iniciativas futuras", que tiene por objeto definir la misión de la Iglesia en los próximos años, indica Donald Chambers, sacerdote jamaicano y Secretario General de esta Institución eclesiástica muy singular, ya que incluye 19 diócesis repartidas en 16 países y dos missio sui juris. Todas son islas, excepto las tres diócesis de la meseta de Guyana en la Amazonia, con una amplia variedad de idiomas y culturas de nativos americanos, criollos y afroamericanos. Los tres departamentos franceses de ultramar – Guayana, Martinica y Guadalupe – representan sólo la mitad de los fieles católicos de la zona.

Una historia común con muchos desafíos

En la AEC, los católicos viven "casi en autarquía espiritual", explica Monseñor Emmanuel Lafont, Obispo de Cayena, en sus declaraciones a L’Osservatore Romano, precisando que lo que no se tiene disponible – seminario, monasterio, o tal vez otra cosa – "no se puede esperar encontrar en una diócesis vecina". "Sin embargo, tenemos mucho en común: la historia con los pueblos indígenas, en particular El Caribe, los Aruachi y los Tupí-guaraníes, la colonización europea, la trata de esclavos y la consiguiente esclavitud, el clima ciclónico, los terremotos, los desastres naturales recurrentes, pero al mismo tiempo los innumerables lugares paradisíacos, como lo demuestra el desarrollo del turismo que se ha convertido en un elemento esencial de la economía. También tenemos en común las consecuencias de toda esta historia en la vida familiar, que es muy difícil, y en la violencia que surge de las frustraciones económicas y sociales de nuestros pueblos", señala el Prelado. Por último, la región del Caribe está marcada por la multiplicidad de las antiguas confesiones misioneras cristianas y las recientes pentecostales y evangélicas. "Responder a todo esto representa un gran desafío, pero es probable que el concepto de ecología integral, humana, social y natural ayude a darnos nuevas herramientas", afirma Monseñor Lafont.

La necesidad de comunicar la experiencia misionera

Entre las prioridades actualmente identificadas por la Iglesia en la región se encuentra "en primer lugar la necesidad de comunicar más sus experiencias así como la investigación pastoral y misionera en respuesta a los desafíos totalmente nuevos de nuestro tiempo", comenta el Prelado. Un verdadero desafío para las diócesis cuyos pastores a veces van al encuentro de los fieles después de días de navegación por los ríos. "Hemos decidido reunirnos cada mes en videoconferencia – explica el Obispo de Cayena – esto resulta muy difícil, ya que cada uno de nosotros ya ha elaborado un programa de actividades en nuestra propia diócesis, que no se adapta fácilmente a las videoconferencias. Por lo tanto estos encuentros regionales deben ser tomados y acordados antes de definir nuestros calendarios diocesanos. Se trata de juntarse, ya que estamos prácticamente todos aislados, en el verdadero sentido de la palabra".

Los sueños del Sínodo, faros para la misión

Monseñor Lafont fue uno de los cuatro miembros de la AEC que participaron en el Sínodo de Obispos para la región Amazónica en octubre pasado, junto con Monseñor Francis Alleyne, Obispo de Georgetown, Monseñor Karel Martinus Choennie, Obispo de Paramaribo, y Monseñor Gabriel Malzaire, Obispo de Roseau, de la cual han salido "consolados y alimentados". En el informe del Sínodo que escribieron para informar a sus hermanos Obispos, invitaron a la Iglesia regional a difundir la conciencia del vínculo entre la ecología natural y la ecología humana. Este vínculo se siente particularmente debido a la cercanía de sus diócesis con la región Amazónica. También es necesario avanzar en la promoción de los derechos de los pobres, los indígenas, salvaguardando la dignidad de los más vulnerables y protegiendo su rica cultura original, subrayaron. "No cabe duda de que los acentos y sueños del Sínodo – sociales, culturales, ecológicos, pastorales-misioneros – son otros tantos faros para aclarar nuestras reflexiones y nuestras opciones misioneras y pastorales", afirma Monseñor Lafont, asegurando que "todos los países del Caribe desean inspirarse en ellos".

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

22 mayo 2020, 13:49