El Papa bendice a Paraguay, recientemente consagrado a la Virgen de Caacupé
Ciudad del Vaticano
“Agradecimiento, bendición y oración”: estas son las tres palabras que emergen del breve mensaje que el Papa Francisco envió – a través de Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado – a la Conferencia Episcopal del Paraguay (CEP) que en los últimos días ha consagrado el país a su Patrona, la Virgen de los Milagros de Caacupé. Expresando su agradecimiento por la iniciativa, el Pontífice bendice a todos los fieles y les pide "que recen por él y por los frutos de su servicio al santo pueblo de Dios". Al mismo tiempo, el Papa invoca la "protección maternal de Nuestra Señora de Caacupé" sobre toda la nación. El mensaje – difundido este 1 de mayo a través de la página web de la CEP – está dirigido al Presidente del Episcopado paraguayo, Monseñor Adalberto Martínez Flores, Obispo de Villarrica.
Consagración del Paraguay a la Virgen de Caacupé
La ceremonia de consagración del Paraguay a la Virgen de los Milagros de Caacupé se celebró el 3 de abril, a las 17 horas, y comenzó con el repique al unísono de las campanas de las iglesias de todo el país. A continuación se realizó el rezo comunitario del Rosario, presidido por el Obispo de Caacupé, Monseñor Ricardo Valenzuela Ríos, y acompañado en línea por todos los Obispos en sus respectivas sedes, sacerdotes, seminaristas, diáconos, religiosos y religiosas, fieles y migrantes del Paraguay en el mundo. Todo el rito se realizó en directo porque, debido a la pandemia de coronavirus, no fue posible celebrarlo con la participación física de los fieles.
Viaje Apostólico del Papa al Paraguay
Cabe recordar que el 11 de julio de 2015, durante su Viaje Apostólico al Paraguay, el Papa Francisco celebró una Santa Misa en la plaza frente al Santuario Mariano de Caacupé. En su homilía, el Pontífice dijo: “Encontrarme aquí con ustedes es sentirse en casa, a los pies de nuestra Madre la Virgen de los Milagros de Caacupé. En un santuario los hijos nos encontramos con nuestra Madre y entre nosotros recordamos que somos hermanos. Es un lugar de celebración, de encuentro, de familia. Venimos a presentar nuestras necesidades, venimos a dar gracias, a pedir perdón y a empezar de nuevo. ¡Cuántos bautismos, cuántas vocaciones sacerdotales y religiosas, cuántos compromisos y matrimonios nacieron a los pies de nuestra Madre! ¡Cuántas lágrimas, cuántas despedidas! Siempre venimos con nuestras vidas, porque aquí estamos en casa y lo mejor es saber que hay alguien esperándonos”. Finalmente, en noviembre de 2017, en los Jardines del Vaticano, se inauguró un mosaico que representa a la Virgen de Caacupé.
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