Día del seminario en Venezuela: “Nunca pierdan el deseo por el sacerdocio”
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
“Miremos este tiempo como un tiempo de gracia y bendición, es hora de volver al primer amor, a ese primer regalo del Señor, respirar profundo, transformar la vida, amar intensamente y nunca dejar de estar dispuestos para aceptar los nuevos retos que nos presente la vida”. Estas palabras están dirigidas a los seminaristas, monseñor Polito Rodríguez Méndez, Obispo de San Carlos y presidente de la Comisión del clero, seminarios, vocaciones y diaconado permanente de Venezuela, en su mensaje por el Día del Seminario, que la Iglesia venezolana celebra en la Solemnidad de Pentecostés, desde 1928.
Como “tiempos verdaderamente apremiantes y difíciles” define, monseñor Rodríguez, el momento que está atravesando Venezuela, no sólo por la pandemia de Covid-19 que está cambiando “nuestra manera de pensar, de ver el mundo que nos rodea”, sino también por “la imparable incertidumbre y desasosiego que atraviesa el país desde lo social, económico, político y cultural”. Ante este panorama, el prelado llama a los jóvenes seminaristas a no perder nunca “el deseo por el sacerdocio, aunque el cansancio les empuje a tirar la toalla, nunca tengan miedo, hay tiempo para llorar y tiempo para reír”.
Y es que “hay un tiempo para todo en la vida y cada día tiene su propia fatiga” explica monseñor Rodríguez en su mensaje, y recuerda que desde la creación del mundo, Dios dispuso de un tiempo para hacer las cosas, el principio de todo lo Creado y, por ello, el “Dios de la vida” se manifestó y se sigue manifestando en medio de nosotros, “conoce nuestras necesidades y nuestras limitaciones”.
Tras su invitación a “volver al primer amor, a ese primer regalo del Señor”, monseñor Rodríguez hace un recorrido sobre la importancia de la formación inicial y permanente de los jóvenes al sacerdocio y las etapas señaladas en el documento Ratio Fundamentalis Institutiones Sacerdotalis, con las que el candidato al sacerdocio va madurando el llamado al servicio de una comunidad. “El candidato al presbiterado – explica - debe revisar a menudo, las motivaciones vocacionales, la dinámica, social, intelectual, espiritual, comunitaria y pastoral”. Pero además, debe tener la capacidad de la escucha que según el prelado “le llevará a ser un hombre obediente, disciplinado, en una palabra, íntegro”.
La Comisión del clero, seminarios, vocaciones y diaconado permanente agradece también a los formadores de los seminarios del país, especialmente por la labor que realizan, en tiempos tan graves, para animar y formar a los seminaristas. “Hay tiempo para demoler y tiempo para edificar, deseamos que este tiempo les anime y les permita fundar los pilares que servirán de sostén para la Iglesia del pos coronavirus”.
Por último, la misiva exhorta a los jóvenes seminaristas a no olvidar sus raíces familiares, a ser agradecidos con sus formadores, a ser caritativos, atentos, cercanos, respetuosos con el otro, a estudiar incansablemente y a rezar el Santo Rosario cada día. “Con su testimonio no dejen de motivar a otros vocacionalmente y nunca olviden que la Iglesia los necesita”, concluye Mons. Rodríguez.
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