Cáritas Argentina: el deporte como escuela de vida
Anna Poce - Ciudad del Vaticano
Cáritas Argentina, asumiendo una tradición pastoral en la Iglesia, que siempre ha entendido el deporte como una escuela de formación y crecimiento para los jóvenes, propone transformar ese espacio en un área de integración más organizado, con personas que ayuden a establecer reglas, a vivir los valores del deporte, contribuyendo al crecimiento de los jóvenes.
El deporte, una escuela de vida
“El deporte para nosotros es una escuela de vida - explica el Padre Pepe Di Paola, coordinador de la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, en la página web de Cáritas - y sabemos que a través de él se pueden enseñar muchas cosas a los niños y jóvenes”.
El Padre Di Paola subraya la importancia de la presencia de una capilla, un club y una escuela en los barrios de una ciudad, en la labor de prevención que se lleva a cabo entre los jóvenes pertenecientes a sectores vulnerables. “Vemos que si estas instituciones son fuertes en un vecindario, los jóvenes, sin importar cuántos problemas personales o familiares tengan, tendrán 3 lugares en los que apoyarse y podrán desarrollar sus vidas y habilidades. Pero encontramos barrios muy grandes, como por ejemplo en el Grande Buenos Aires, sin un club, una capilla o una escuela. Y para llegar a estas 3 cosas hay que tomar un autobús o caminar muchas cuadras. Por lo tanto, la promoción del club que ofrece deportes nos parece muy importante”.
Recuperar el valor de los clubes de barrio
Según el Padre Pepe, se trata de “retomar un camino que comenzó hace mucho tiempo, porque en realidad hay clubes importantes que han sido iniciados por parroquias, como el Patronato de Paraná, como San Lorenzo, como muchos otros”, para reorientarlo y darle una gran fuerza a nivel nacional. “En este sentido debemos valorar mucho las propuestas de los antiguos clubes de barrio, que debemos apoyar y tratar de sacar a la superficie, con la ayuda de la comunidad y del Estado, para que recuperen el valor que tenían”. La intención, por lo tanto, es conectar los clubes de los alrededores, para tratar de formar pequeños campeonatos locales, y, en un futuro no muy lejano, Olimpiadas, en la zona o en la diócesis.
Asumiendo esta iniciativa de Cáritas, desempeñará también un papel muy importante en el acompañamiento de la difícil situación a la que se enfrentarán los barrios más desatendidos al final de la pandemia de coronavirus.
El patio de la Iglesia, lugar de encuentro
Finalmente, el padre Pepe dice estar convencido de que Cáritas, la pastoral de la drogadicción, los centros de barrio, las parroquias y las comunidades pueden realmente hacer un trabajo serio en este sentido dentro de la pastoral. Es un hecho que “la Iglesia, o el 'patio de la Iglesia', ha sido siempre un lugar de encuentro y ha proporcionado un sentido de pertenencia para el desarrollo de habilidades, para los sueños, para el nacimiento de muchas vocaciones al servicio de la comunidad”.
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