Chile. Martes sacerdotales: fe católica y cambios generados por la pandemia
Ciudad del Vaticano
Monseñor Octavio Ruiz Arenas, Secretario del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, encabezó, desde Roma, la actividad, sumándose a los saludos y agradeciendo a la Vicaría para el Clero por la invitación.
Mons. Ruiz inició su presentación, recordando a los asistentes una imagen que marcó un antes y después para los cristianos en este tiempo, “el Papa Francisco, en medio de la lluvia y en una soledad total recorría la plaza de San Pedro con paso agobiado y vacilante para impartir la bendición Urbi et Orbi, el pasado 27 de marzo”. En ese momento, empezaba la primera etapa de contagio global del coronavirus.
Los signos de los tiempos
Ruiz explicó que uno de los factores clave en medio de esta grave crisis, es saber leer los signos de los tiempos y saber percibir la verdad de Dios, no solo en el contexto actual sino histórico, acotando que “a la luz de la fe, podemos decir que este es un tiempo de gracia”. Asimismo, comprende que hay quienes se cuestionan por qué Dios permite este tipo de sufrimiento, agregando que, desde el ministerio sacerdotal, “no podemos caer en la tentación de querer culpar a Dios de la tragedia que estamos viviendo”, por las causas de gran complejidad que generaron este fenómeno tan difícil.
Ha sido un tiempo de comprender y volver a las personas, la solidaridad y la fe, explica, ya que, como sociedad, nos encontrábamos sumidos en cosas “transitorias, sin mostrar preocupación por los demás” y que el cambio brusco nos hizo necesitarnos unos a otros, sacando a flote lo peor y lo mejor de nosotros mismos, destacando la generosidad y solidaridad de tantas personas que suman a la caridad para quienes lo necesitan.
Alternativas frente a la crisis
“Tras cuatro meses, seguimos sintiendo las consecuencias e incertidumbre de la pandemia” dice Ruiz, mencionando entre las mismas la crisis económica, hambre, escasez de instrumentos médicos y sanitarios y la pérdida de trabajos, y a su vez explica que la situación nos interpela a todos, forzándonos a buscar alternativas, tanto a modo personal como institucional, para poder superar esta situación juntos.
Admite que, “hemos tenido que reinventarnos en el ejercicio de nuestro ministerio eclesial” y que es importante aceptar con humildad los errores, mirando hacia lo más profundo de la misión sacerdotal, reforzando, como lo dice el Papa Francisco, el “sentido de pertenencia, de comunión y misión” a pesar del distanciamiento social, que ayudó a que la solidaridad creciera.
Como parte y consecuencia de estas alternativas, se ha transferido toda la actividad pastoral al mundo digital para mantener vivo el contacto con las comunidades. Sin embargo, advierte que, si bien las herramientas digitales han acompañado a la llamada pastoral digital, el objetivo debe ser plantear un canal de formación temporal para no caer en la comodidad de mantenerse alejados de los templos, una vez sea seguro asistir a los mismos.
Con una mirada optimista, Ruiz invitó a los sacerdotes a innovar, sin esperar regresar a una normalidad distinta a nuestra realidad actual, respondiendo acertadamente a los desafíos pastorales, sentenciando que “es el momento de soñar, de dar alas a nuestra imaginación, de buscar nuevos caminos”.
Tras la presentación, el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, quien se sumó a la actividad, animó a los asistentes transmitir la fe, y "sentirnos cristianos alegres, porque lo peor que podemos hacer el dar el testimonio de la amargura, que tanto nos han criticado".
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