COVID-19. Togo y Senegal. Las misas públicas siguen suspendidas
En el Togo, las misas con participación popular, suspendidas durante más de tres meses para evitar las infecciones por coronavirus, aún no han reanudado. No faltan, por tanto, dificultades en muchas iglesias y parroquias del país que ya no pueden contar con las colectas de los fieles. El presidente de la Conferencia Episcopal local, Monseñor Benoît Alowonou, expresa su preocupación al respecto y, en una entrevista con el periódico "La Croix Afrique", explica: "La suspensión de las celebraciones públicas tiene también consecuencias financieras. Afortunadamente, muchos feligreses se organizan en torno a sus párrocos y sacerdotes para compensar con otras ayudas la ausencia de donaciones".
Estas ayudas consisten en "contribuciones financieras para pagar las facturas de electricidad y agua, ofertas de productos alimenticios tanto para los sacerdotes como para los necesitados que van a llamar a las puertas de las parroquias". Los problemas conciernen a muchas estructuras católicas, como por ejemplo las escuelas, donde los salarios de los profesores se pagan principalmente gracias a las contribuciones de los estudiantes. Muchos profesores, por lo tanto, subraya el presidente de la CET, ya no reciben sus salarios desde el mes de marzo: "pueden imaginar las consecuencias", comenta.
En cuanto a la reapertura de los lugares de culto, el obispo Alowonou explica que tuvo tres reuniones importantes con el Ministerio de Administración Territorial: en todas las reuniones, tanto las autoridades como los dirigentes religiosos "expresaron el deseo de una rápida reapertura de las iglesias", siempre que se lleve a cabo "en pleno cumplimiento de las normas de seguridad sanitaria". Por esta razón, se está considerando una reapertura parcial y gradual que permita monitorear mejor el desarrollo de la pandemia.
Obispos a los fieles: sean pacientes en la fe y la esperanza
En Senegal las iglesias permanecerán cerradas por lo menos un mes más a pesar de la decisión del gobierno senegalés de relajar las restricciones sobre las concentraciones de personas contra el contagio del Coronavirus. La decisión de los obispos de no reanudar las misas con el pueblo se debe a que los datos proporcionados por el Ministerio de Salud indican que la pandemia se ha extendido a zonas y regiones inicialmente no afectadas y la estabilidad de la curva de nuevos positivos podría aumentar en los próximos días o semanas. El país africano ha registrado hasta ahora más de 8.000 casos, 146 muertes y 5.446 curaciones.
Aunque hay un deseo común de volver a la iglesia, los obispos exhortan a los fieles “a ser pacientes en la fe y la esperanza”, pidiendo, asimismo, “prudencia y responsabilidad”.
La flexibilización de las medidas restrictivas - informa el sitio web de Recowa-Cerao, la Conferencia Episcopal Regional de África Occidental - fue anunciada por el ministro del Interior, Aly Ngouille Ndiaye, el 4 de julio después de dos noches de manifestaciones contra el toque de queda. Concretamente, se ha levantado la prohibición de trasladarse de una región del país a otra, se han reducido los horarios del toque de queda y se han autorizado algunas reuniones en lugares públicos o privados, como restaurantes, iglesias y gimnasios. Sin embargo, la Iglesia en Dakar pide que no se baje la guardia: el temor de los obispos se refiere a una posible segunda ola que podría llevar a un nuevo confinamiento. Por lo tanto, la invitación es a la cautela: las iglesias podrían reabrir a mediados de agosto, pero sólo "si la situación mejora".
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