Aupetit se pronuncia contra el retorno del proyecto de ley de bioética a la Asamblea
Adelaide Patrignani - Ciudad del Vaticano
El arzobispo Michel Aupetit, arzobispo de París, no se anda con rodeos en esta columna publicada el martes 30 de junio en el diario francés Le Figaro. El proyecto de ley de bioética despierta su indignación, tanto en lo que respecta a su contenido como al calendario de los debates parlamentarios.
Señala el afán de los diputados
"Desvergonzadamente, en un momento en que nuestro país acaba de atravesar una crisis sanitaria que lo ha puesto de rodillas, la prioridad del gobierno es conseguir que el proyecto de ley de bioética sea aprobado en la Asamblea Nacional", escribió al día siguiente de que el proyecto de ley comenzara su segunda lectura en la Asamblea Nacional. "Si bien la crisis de salud continúa, y la crisis económica y social afecta seriamente la vida de nuestros compatriotas, (...) sería un honor para nuestros diputados cuestionar este proyecto injusto y desigual para centrarse en los verdaderos problemas de los franceses”, argumenta el arzobispo de París.
Aprendiendo las lecciones del confinamiento
Los tres meses de encierro que ha vivido Francia llaman a la reflexión sobre las paradojas que han puesto de relieve: en primer lugar, "la forma en que hemos tratado a muchas personas mayores", "la tristeza de la situación del Ehpad (Establecimiento para el alojamiento de personas ancianas dependientes), a menudo por falta de personal", mientras que, durante este tiempo, "se prevén grandes inversiones para la "inteligencia artificial", (...) otros están discutiendo la eutanasia". "¿Realmente consideramos que nuestros mayores son nuestros iguales?", preguntó el arzobispo Aupetit después de señalar la "supuesta igualdad reclamada por personas en situaciones especiales", a quienes se dirigen estas leyes bioéticas.
El Arzobispo de París también señala "una cierta obsesión por facilitar la eliminación de los niños en el vientre de sus madres haciendo del IVG (Interrupción Voluntaria del Embarazo) una prioridad en los momentos de confinamiento, mientras que las emergencias cardiovasculares siguen pendientes para facilitar la recepción de los pacientes afectados por el Covid-19". Señala que esta "obsesión" es "transmitida por ciertas enmiendas que se están discutiendo actualmente en un comité especial de la Asamblea Nacional".
La pandemia, subraya también, "nos ha recordado nuestra vulnerabilidad común, la necesidad de volver a una cierta sobriedad, así como la riqueza y fragilidad de las relaciones familiares". Y, sin embargo, "aquí estamos una vez más comprometidos en la agitación de las relaciones genealógicas que estructuran la persona, en la trivialización de los embriones humanos seleccionados, analizados y descartados como productos consumibles vulgares". Así, para Mons. Aupetit, "esta elección de favorecer la industria procreativa (...) muestra las razones mercantiles de este proyecto".
Anteponer la dignidad humana a los intereses financieros
El Arzobispo de París ataca el contenido del proyecto de ley, explicando que "la elección de abrir el mercado infantil, al disociar la procreación médicamente asistida de las dificultades para concebir, es un ataque serio contra dignidad humana". "De hecho, es la sociedad de consumo la que impulsa el deseo de los adultos una y otra vez sin tener en cuenta las consecuencias para las generaciones futuras. Hasta el punto de hacerles violencia", se puede leer también.
El prelado advierte, por tanto, contra un proyecto de ley que "toca la esencia misma de nuestra humanidad" y "conlleva en sí mismo cambios considerables que alteran seria y peligrosamente los cimientos de lo que nuestra civilización ha construido para el respeto del hombre, su dignidad, su vida y su salud".
"Aunque la pandemia ha demostrado la necesidad de superar nuestro egoísmo a través del compromiso con la solidaridad, el respeto por la igual dignidad de cada ser humano sigue siendo una prioridad", dijo el Arzobispo Aupetit, explicando que "el comercio y la industria deben ser revividos, pero no al precio de la dignidad humana".
El arzobispo de París espera, pues, "valor" y "lucidez" por parte de los diputados, para "invertir la lógica de una "acumulación cada vez mayor de deudas financieras que también plantea interrogantes existenciales". Para ello, concluye, es urgente no "ceder a presiones ideológicas o comerciales que apenas se ocultan bajo lemas perentorios".
El lunes, los diputados franceses comenzaron a examinar el proyecto de ley en un comité especial. Su examen en sesión pública tendrá lugar a partir del lunes 6 de julio.
En febrero pasado, los senadores habían adoptado el proyecto de ley por diez votos. De este modo, habían validado la prórroga del PMA (Procreación Médicamente Asistida), aunque habían modificado el texto aprobado en primera lectura por la Asamblea Nacional. Una vez que el proyecto de ley haya pasado su segunda lectura en la Asamblea, el trabajo continuará en el Senado.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí