Costa Rica: Obispos llaman a un verdadero diálogo y a dar la cara a quienes no tienen voz
Alina Tufani – Vatican News
“Creemos que la única vía para encaminar a nuestra nación es mediante el diálogo, es decir, a través de un proceso real de concertación en el cual se involucren todos los sectores tendientes al bien común". Esta es la respuesta de la Iglesia de Costa Rica ante la nueva propuesta del Ejecutivo que bajo el nombre de “Costa Rica escucha, propone y dialoga” dice querer intercambiar ideas y recomendaciones en temáticas como finanzas, reactivación económica y empleo para enfrentar la emergencia nacional.
“Este diálogo debe fundamentarse en la verdadera escucha y conducir a resultados concretos” insisten los obispos en el comunicado “Por un diálogo abierto y participativo” , hecho público ayer, 12 de agosto, por la Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECR). El documento subraya la necesidad de abrir una mesa de concertación extraordinaria dispuesta a dialogar y confrontar posibles soluciones, y donde participen todos los poderes de la República y todos los sectores de la vida política nacional.
Escuchar a los sin voz de frente
“Muchos sectores que se han sentido sin voz requieren que los escuchen de frente. De otra manera, no vemos que pueda fructificar esta apertura de diálogo de manera real y efectiva”, afirman los obispos en un claro llamado al gobierno para que además de ofrecer un correo electrónico o un formulario para avanzar propuestas o sugerencias, la iniciativa enfatice los encuentros, foros y reuniones que el proyecto también promete.
La emergencia nacional causada por la pandemia de Covid 19 es también tomada como ejemplo de la necesidad de “apertura, participación y equidad” por los obispos ante la repentina flexibilización de las medidas de prevención de contagios por la fuerte presión se sectores económicos y políticos. “Es necesario hacer un equilibrio entre las medidas de salud y las medidas económicas, advierte el comunicado en el que se invita a propiciar una apertura que vele y extreme al máximo los protocolos establecidos”.
De hecho, el gobierno había anunciado para las zonas en alerta naranja un cierre casi total para estos doce días, pero el fin de semana informó de la flexibilización tras reuniones con sectores empresariales, comerciantes y alcaldes, quienes aseguran que no es sostenible seguir aplicando cierres de ese tipo tras 5 meses de pandemia. Una situación riesgosa teniendo en cuenta que Costa Rica ha sido una de las naciones más afectadas por la pandemia en Centroamérica con más de 23 mil personas infectadas y más de 230 decesos.
País solidario más allá de la pandemia
En este contexto, los obispos recuerdan la necesidad de una Costa Rica solidaria y más humanitaria más allá de la pandemia, porque desde hace varios años, el Informe Estado de la Nación viene marcando claramente un diagnóstico de lo que se vive en el país por esa falta de diálogo. “La desigualdad social, la pobreza, el desempleo, las condiciones de vida poco favorables para una gran mayoría de hermanos que no tienen acceso a la vivienda y a un trabajo estable, entre otras necesidades, es una lamentable realidad que viene de varias décadas atrás”, afirman.
El comunicado hace también referencia al reciente mensaje “Sigamos adelante porque la esperanza no defrauda” publicado tras la CXX Asamblea Plenaria de la CECR, el pasado 7 de agosto, que advierte sobre la grave crisis que ha aumentado el índice de desempleo - más del 20 por ciento - y aumentado la pobreza en los sectores más vulnerables. En el mismo también invitan al gobierno y la Asamblea Legislativa, a asumir el liderazgo que les corresponde, junto al Poder Judicial y los gobiernos locales, para dar respuestas orientadas al bien común: “Codiciosos de ganancias – afirman – nos hemos dejado absorber por lo material, no nos hemos despertado ante injusticias, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo”.
El comunicado reitera la urgente necesidad de fortalecer la democracia mediante el diálogo, la escucha y la toma de decisiones justas entre todos los sectores que conforman el país, fortalecer el Estado social de derecho y poner freno al ensanchamiento de la brecha social. “Sólo la solidaridad y la unidad de todos en busca del bien común, nos permitirá evolucionar hacia una dinámica positiva“, concluyen.
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