Mensaje al pueblo de Dios en Bolivia
A través de su Sistema de información de la Iglesia católica, Iglesia Viva, los obispos, reunidos en la Asamblea Extraordinaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), saludan al pueblo de Dios que peregrina en Bolivia con el deseo de hacerles sentir su cercanía en este tiempo particular que están viviendo. Y lo hacen afirmando: “La pandemia del coronavirus ha traído miedo, sufrimiento y muerte a tantas familias bolivianas. Hemos vivido la pérdida de sacerdotes, familiares y personas queridas, no olvidando a nuestro querido Monseñor Eugenio Scarpellini, obispo de El Alto, quien ha jugado un papel importante en la pacificación del país en momentos difíciles, para construir una sociedad justa en la que todos tengamos lo necesario para vivir, respetando la pluralidad, y cuidando el bien común de los ciudadanos”.
La vivencia de la fe y la solidaridad
Como pueblo de Dios, manifiestan haber sido testigos de muchos signos de vida que han surgido en medio de la pandemia. “Hemos visto gente acercarse a Dios, a la fe y a la Iglesia. También mucha creatividad frente a la situación de crisis que estamos viviendo y muestras de solidaridad, siguiendo el ejemplo del Maestro, quien dice a sus discípulos antes de la multiplicación de los panes y peces (…). En muchos barrios se han creado las canastas familiares, ‘ollas comunes’ y bancos de alimentos, medicinas y equipos de bioseguridad en coordinación con instituciones, Pastoral Social Cáritas y Parroquias, con el fin de hacer llegar ayudas a los grupos más vulnerables”.
Cambios profundos en el país
Los obispos no dudan en afirmar que necesitan empeñarse en una Bolivia con un sistema educativo que priorice la búsqueda de la verdad de sus niños y jóvenes, la formación de una conciencia moral honesta, que les capacite para ser profesionales con excelencia. Y añaden:
Justicia Social
También ponen de manifiesto que se enfrentan a tiempos difíciles, tanto en el mundo entero, como en Latinoamérica y, naturalmente, en Bolivia. Por esta razón afirman que ”éste no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos debe unir a todos y no hacer acepción de personas. Vemos con dolor y preocupación que los que han sufrido las graves consecuencias económicas de la pandemia han sido los más débiles, vulnerables y menos protegidos. Tenemos que luchar juntos para que las políticas de Estado logren la inclusión social de la población, trabajo digno para todos y atención a los más pobres; todo esto centrado en la justicia social”.
Vivir este tiempo con esperanza
Destacan además que en este último tiempo han vivido situaciones muy dolorosas con un futuro amenazado por la crisis económicas, la falta de trabajo, las heridas sociales aún no sanadas y la polarizaciones en su sociedad.
Por esta razón afirman que “en situaciones de dolor y sufrimiento”, Dios “pide algo a cada uno”. Y recuerdan las palabras del Papa Francisco que les decía:
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