Paraguay. Repudio por actos vandálicos contra la Catedral de Asunción
Alina Tufani - Vatican News
“Así como unimos nuestra voz fuerte y clara a la del pueblo que pide al Poder Judicial esclarecimiento ante denuncias de coacción sexual, y que el mismo actúe libre y responsablemente, sin presiones de ninguna de las partes involucradas y se haga justicia; también denunciamos públicamente los actos vandálicos dirigidos a la Catedral de Asunción con la excusa de una protesta ciudadana para exigir el fin de la violencia, entre otras cosas”. Con estas palabras abre el manifiesto ciudadano que, bajo el título “Repudio contra los actos vandálicos hacia bienes culturales”, condena como “inaceptables” la violencia de las manifestaciones y el vandalismo contra el edificio de culto, que tuvo lugar la noche del pasado, 14 de agosto, tras un fallo judicial que absolvió a un sacerdote acusado de acoso sexual.
En el documento, compartido por la Arquidiócesis de Asunción en su portal de internet, varias organizaciones civiles se preguntan cómo se puede exigir cambios o el fin de la violencia con actos vandálicos y violentos y reiteran que de ninguna manera se puede consentir ni tolerar que se profane un monumento histórico de Paraguay, como es la Catedral de Asunción, la primera de la diócesis del Río de la Plata.
“Solicitamos a las autoridades nacionales que individualicen a los instigadores y a los responsables de los lamentables e injustificables hechos acaecidos el día 15 de agosto pasado en que se dañó la Catedral e incluso se amenazó con quemarla. Y pedimos se investigue la incitación al odio que promueven públicamente grupos de personas que estimulan a sus seguidores en redes sociales a atacar edificios y centros de espiritualidad y oración”, puntualiza.
El manifiesto subraya que la ley de Protección del patrimonio cultural, dispone la aplicación de sanciones que van desde multas pecuniarias hasta la privación de la libertad de 3 a 10 años a las personas que la violan. Sin embargo, hace hincapié en el discurso de odio que se esconde en dichos actos y gestos, y sus consecuencias.
“Lo que está en juego en el discurso de odio, amenaza sistemática contra las personas de fe que acuden al templo a rezar y los actos vandálicos contra los bienes patrimoniales de la Iglesia es la misma libertad de culto y libertad religiosa garantizados como derechos fundamentales en la Constitución Nacional y en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, concluye el documento.
El sábado pasado, grupos de manifestantes contrarios al fallo judicial se manifestaron frente a la Catedral mientras se realizaba la misa de novenario a la Virgen de la Asunción, patrona de la capital paraguaya, en la víspera de su solemnidad. Al mismo tiempo, otro grupo se apostó frente a la sede religiosa para cuestionar a los manifestantes y en defensa de la Iglesia originando incidentes y enfrentamientos violentos. El 15 de agosto, fiesta religiosa más importante de Asunción, se podían ver en las paredes de la Catedral, grafitis y carteles con frases como “Iglesia abusadora”, “todos los sacerdotes son acosadores”, “Iglesia es igual a muerte”, entre otros.
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