Rodríguez Maradiga: “El corazón de Jesús está cerca del pueblo hondureño”
El Evangelio del domingo pasado, presentaba el milagro de la multiplicación de los panes y peces (cfr Mt 14,13-21). Cómo dijo Francisco, con ese gesto "Jesús manifiesta su poder, pero no de forma espectacular, sino como señal de la caridad, de la generosidad de Dios Padre hacia sus hijos cansados y necesitados". Por ello, el Pontífice invitó a los cristianos a vivir "en la lógica del hacerse cargo del otro", preguntándonos siempre "¿qué nos ofrece la Providencia para compartir?”.
Sobre este Evangelio, el Cardenal Arzobispo de Tegucigalpa, Oscar Rodríguez Maradiaga recordó en su homilía, que, para Honduras, esas “palabras de Jesús son… en la situación difícil que está viviendo el país, una invitación al amor, a la generosidad, una invitación a compartir.
“Esas páginas se repiten también en nuestra Honduras. El Señor ve este gentío, tristemente de tantas personas que se han contagiado, algunos sin darse cuenta porque hay tantas personas asintomáticas que pueden contagiar, pero otras tristemente por indiferencia, hay personas que todavía no creen que esto es una realidad y ya llevamos más de 1000 muertos en nuestra Honduras. Sin contar aquellos que son víctimas de una violencia que no termina”.
Cardenal: esta pandemia nos está pidiendo compartir con el otro
El corazón de Jesús está cerca de este pueblo hondureño también con su amor y su misericordia, el Señor Jesús es la mirada del amor y la compasión de Dios sobre la humanidad y sobre cada uno de nosotros, dijo en su homilía el purpurado… esta pandemia, señaló, nos está pidiendo cada día más este compartir. Queremos recordar a los médicos y enfermeras que han muerto víctimas de la pandemia, porque han entregado su vida a servir, a dar de comer el pan de la salud aquello que están perdiendo, o que la han perdido y eso es una muestra del amor y de la compasión de Jesús. Luego pidió orar cada día más por ellos para que puedan seguir haciendo el bien, erradicando ese mal tan horrible, que nos está aquejando.
También el arzobispo de Tegucigalpa pidió que con la disponibilidad de cada persona, podemos ayudar a las familias, al barrio donde vivimos, compartiendo tal vez la posibilidad de mejorar la limpieza para evitar también el dengue, que es otra plaga a la cual se le presta poca atención, expresó el cardenal. Y en este mes dedicado al matrimonio y la familia, instó a las familias cristianas que ayuden a aquellos que no han entendido todavía, qué significa la Alianza de Amor en el Señor Jesús a través del sacramento del matrimonio.
En este mes, señaló el purpurado, se quieren afrontar una serie de problemática, para que se consolide la familia, para que siga siendo esa célula de amor para educar cristianamente a sus hijos, que puede transformar verdaderamente a nuestra sociedad violenta, a esta sociedad alejada de Dios: Familias que han perdido la perspectiva espiritual, que están encerrados en problemas materiales o problemas también espirituales, cuando hay grietas en la fidelidad matrimonial, o que sienten tal vez que no están respondiendo aquella vocación de amor para educar cristianamente a sus hijos.
Cardenal Rodríguez Maradiaga. Pueblo hondureño: ¡cambie!!
Tras agradecer la labor de Suyapa medios sobre todo con las catequesis a nivel virtual para que los niños puedan alcanzar a celebrar su comunión o confirmación, el cardenal hizo hincapié en las noticias que llegan de los medios de comunicación que hablan de la corrupción que domina la economía del país: “millones y millones que se gastan, que se invierten, que se reciben, o que se endeudan, qué significa eso sino una llamada cada día más a la transparencia, una llamada a buscar verdaderamente hacer el bien con los dones que se reciben y no utilizarlos de manera equivocada para enriquecimiento ilícito”.
Así como el alza de precios de la canasta básica, en una actitud de “egoísmo individualista”. O cómo el crimen organizado, aprovechándose de la situación provocada por la pandemia, sigue extorsionando a inocentes o siguen “traficando veneno para la niñez y la juventud con la droga. “Cómo vamos a pedir la gracia y la misericordia de Dios si gran parte de nuestro pueblo sigue delinquiendo y sigue extorsionando y sigue matando. Es que esta pandemia tiene que ser también una llamada fuerte, afirmó, para que las familias hagan conciencia en sus hijos y en sus hijas, que no todo se vale y el camino del mal, el camino del crimen, tarde o temprano termina mal”.
Por último el Arzobispo de Tegucigalpa, dijo que no se puede pretender que Dios va a bendecir a Honduras “si seguimos en el camino de la maldad, del egoísmo, del individualismo”.
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