EE.UU reanuda las ejecuciones federales. Obispos: ¡no más pena de muerte!
Isabella Piro – Ciudad del Vaticano
Las ejecuciones se reanudaron el 13 de julio, después de una suspensión de 17 años por la administración Bush. Y para esta semana están programadas otras dos condenas más. La reacción inmediata de la Conferencia Episcopal local (Usccb), que en una nota firmada por los monseñores Paul S. Coakley y Joseph F. Naumann, presidentes del Comité de Justicia Interna y Desarrollo Humano y del Comité de Actividades Pro-Vida, respectivamente, dice: "En los últimos 60 años, sólo ha habido cuatro ejecuciones federales. Desde julio, ha habido cinco, ya más que en cualquier año del siglo pasado". Y continúa: "Al presidente Donald Trump y al fiscal general William Barr les decimos: ¡Ya basta! ¡Detengan las ejecuciones!".
La Usccb recuerda, entonces, las Sagradas Escrituras, en las que Caín no es asesinado, aunque golpeó a su hermano Abel hasta la muerte. "Como la Iglesia - subrayan los obispos de los Estados Unidos - debemos prestar ayuda concreta a las víctimas y fomentar la rehabilitación de los que cometen actos de violencia". Los prelados dicen que "la responsabilidad y el castigo legítimo forman parte de este proceso", pero para que se produzca la recuperación del delincuente, es necesario detener las penas capitales, que son "inútiles e inaceptables".
Hay que recordar que en junio Monseñor Coakley ya había emitido una declaración en la que pedía "invertir el curso" para poner fin a la pena de muerte. El prelado también recordó los numerosos llamamientos contra la pena de muerte hechos por varios Pontífices, entre ellos Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, que en 2018 aprobó un Rescripto especial para modificar el párrafo 2267 del Catecismo de la Iglesia Católica, a fin de definir la pena de muerte como "inadmisible".
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