Presa del Nilo Azul en Etiopía. Cardenal Souraphiel: el diálogo, camino de la paz

Isabella Piro – Vatican News

Un llamamiento al diálogo, instrumento y camino hacia la paz, fue lanzado en estos días por el cardenal Berhaneyesus D. Souraphiel, arzobispo de Addis Abeba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Etiopía, con motivo del año nuevo, que el país africano celebró, según su calendario, el 11 de septiembre. En su mensaje, citado en el blog de la Amecea (Asociación de miembros de las Conferencias Episcopales de África Oriental), el cardenal se refirió a la cuestión de la presa en el Nilo Azul, también conocida como la "Gran presa del Renacimiento", un proyecto puesto en marcha por Etiopía, pero que está creando tensiones con los países vecinos, como Sudán y Egipto. "El agua es vida", afirmó el cardenal Souraphiel, "y tal es el placer de darle un alto valor". De ahí la invitación a las partes involucradas a dialogar, para que -como recordó el Papa Francisco en el Ángelus del 15 de agosto- la disputa sobre la presa "no conduzca a un conflicto, sino a la comprensión y la colaboración para el bien común de todos los interesados". "Invito a todas las partes a continuar en el camino del diálogo - dijo el Pontífice en particular hace un mes - para que el 'Río Eterno' siga siendo una linfa vital que une y no divide, que siempre alimenta la amistad, la prosperidad, la hermandad y nunca la enemistad, la incomprensión o el conflicto. Que el diálogo, queridos hermanos de Egipto, Etiopía y Sudán, sea su única opción, por el bien de su querido pueblo y del mundo entero". El Arzobispo de Addis Abeba agradece también todos los esfuerzos de las organizaciones internacionales, en particular de la Unión Africana, que están facilitando este tipo de diálogo y el deseo de un nuevo año de "buena vecindad, paz, salud y prosperidad".

El proyecto

Iniciado por Etiopía en 2011, el proyecto "Gran presa" tiene por objeto construir la mayor central hidroeléctrica del continente, con una capacidad de 6.000 MW. La presa tendrá una capacidad de 72.000 millones de metros cúbicos de agua por un valor de 4.600 millones de dólares y permitirá una mayor industrialización de Etiopía. El Sudán y Egipto, por su parte, se oponen a la estructura, porque temen que reduzca el suministro de agua a sus fronteras y, por lo tanto, genere el riesgo de sequía.  La cuestión está siendo seguida de cerca por la Unión Africana, que a principios de agosto se puso como mediadora entre los tres Estados para buscar una solución común.