Después de un año, balance de un sínodo visto por Monseñor Cob
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
“Recordar es revivir, y hoy queremos revivir aquellos días en la ciudad romana junto a Pedro, en el mes misionero de octubre del 2019. Queremos hacer balance de ese proceso eclesial recorriendo un camino, que ha hecho historia y ha dejado huellas que seguir y frutos para alimentar la vida de tantos hombres y mujeres que luchan con esperanza”, palabras de Mons. Rafael Cob, obispo del Vicariato de Puyo, Ecuador.
Cómo concientizar aún más a los jóvenes y gobiernos al cuidado de la casa común
Mons. Cob a esta pregunta respondió recordando las palabras del Papa, cuando se preguntó en el sínodo, qué mundo queremos dejar a las nuevas generaciones, todos somos corresponsables del cuidado de la casa común. Al respecto, el prelado dijo que es fundamental educar en los valores de una ecología ambiental. Para ello “tenemos que poner en las mallas curriculares de la educación para niños y jóvenes la asignatura del cuidado del medio ambiente”.
Es importante como nos dice la Exhortación Querida Amazonia: Aprender a contemplar la Amazonia “y no sólo analizarla, para reconocer ese misterio precioso que nos supera. Podemos amarla y no sólo utilizarla”… y sentirnos … unidos a ella y no sólo defenderla… porque «el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con los que el Padre nos ha unido a todos los seres», n. 55.
Enseñar, dijo el prelado, a contemplar y a escuchar en la naturaleza. Que es más que oír y mirar, pero sobre todo tenemos que educar para crear hábitos de conducta, reciclar, reutilizar, en medio de un mundo voraz por la codicia hay que educar en la filosofía no del tener sino del ser, cortar con el consumismo en medio del bombardeo publicitario, aprovechar de las redes sociales para hacer esta tarea, producir menos para consumir, y buscar mejor calidad de vida, aconsejó Mons. Cob.
Que los gobiernos sean como el “buen samaritano”
Como el buen samaritano, el mundo, debe velar por los más necesitados, “alzar la voz en favor de los más vulnerables buscando la justicia y denunciando la corrupción. “Es necesario indignarse como se indignaba Moisés y Jesús…no es sano que nos habituemos al mal”, recuerda Mons. Coba, retomando un párrafo de la encíclica Querida Amazonia.
Los gobiernos que tienen capacidad de decisión, dijo, deben ver la imperiosa necesidad de mirar por el equilibrio planetario y el cuidado de este hogar que Dios nos regaló, no tenemos otro mundo como humanos para vivir. Estamos aún a tiempo de mejorar este mundo aseveró el prelado.
Es necesario, afirmó, realizar proyectos autosustentables que ayuden a nuestros pueblos para su desarrollo, invertir más en concientizar y educar, sólo una ecología integral podrá responder a los desafíos que hoy tenemos. Y son los gobiernos los que deben apoyar esas iniciativas en favor de la vida y el medio ambiente, suscitar en la gente la contemplación, añadió, y valor de la creación, apoyar proyectos que favorezcan esta tarea para ello, recordó que la Iglesia de Puyo ha creado en tres años dos parques ecológicos Laudato si’ y la Misión, donde niños, jóvenes y adultos puedan contemplar y aprender el cuidado del medio ambiente.
Y al referirse a los jóvenes de pueblos originarios, les invitó a incentivar, a valorar su propia identidad y su cultura, que es una gran riqueza que no pueden perder, señaló y “no deben dejarse aculturar, por ideologías de fuera, como pedía el Papa, debemos cuidar las raíces. Que los ancianos hagan las narraciones y los jóvenes se detengan a beber de esa fuente”, afirmó recordando otro momento de la encíclica. Muchas veces decimos “la juventud es la esperanza del futuro”, pero esa esperanza hay que sostenerla y fortalecerla en el presente, dijo Mons. Cob.
Un balance del sínodo para Amazonia desde el punto de vista de Mons. Cob
Para Mons. Cob, es importante comenzar a hacer un balance desde cuando el Papa Francisco visitó el Perú, y en Puerto Maldonado, hizo un discurso profético, “manifestando el cariño a esos pueblos de la selva, guardianes de la tierra y memoria de una historia inédita, tesoro incalculable de sabiduría ancestral y respuesta a tantos desafíos de una sociedad que se desmorona buscando recetas por caminos equivocados, envueltos en la ambición y codicia”, dijo el prelado.
En su balance, Mons Cob, recordó el trabajo de la REPAM, semilla, afirmó, que inició en el Vicariato de Puyo, para ser un motor incansable escogido por el Papa para realizar este Sínodo Amazónico. Con un trabajo inmenso de preparación pre-sinodal de escucha de las comunidades y sensibilizando al mundo sobre la doctrina de Laudato Si, igualmente en las siguientes etapas del desarrollo del Sínodo y Postsinodal, para defender la Vida de la casa común, la tierra, especialmente en la Amazonia y de los pueblos que en ella habitan.
“Tampoco podemos dejar de expresar lo que sentimos en el aula sinodal en compañía del Papa, durante aquellas tres semanas de un trabajo intenso que resumiríamos en tres palabras como vivencia que yo sentí: Tiempo de Bendición, Comunión y Compromiso. En el aula sinodal de Roma, sentimos que la Iglesia es nuestra casa, en ella los hermanos se escuchan, una casa abierta y universal, se abrieron puertas y ventanas para que el Espíritu aletee fuerte sobre los huéspedes que la visitamos, una casa de confianza donde te puedes sentir amado y escuchado a pesar de los diferentes pensamientos que cada uno con libertad, pronuncia, y con respeto es escuchado, ciertamente que la barca de Pedro avanza hacia aguas más profundas en el rio del Espíritu”.
Sinodalidad de la Iglesia
“Aún recuerdo las palabras del Papa Francisco casi al final de las sesiones sinodales en el aula, continúa el obispo del Vicariato de Puyo, y añadió: “hemos avanzado y aprendido a trabajar en una Iglesia sinodal. Caminando juntos y sintiéndonos todos parte de la misma familia. El eco va más allá de los horizontes y fronteras del bioma pan amazónico y es que, en realidad, como dice Laudato Si, todo en el planeta en que vivimos está interconectado”.
La Ecología Integral, es un problema y preocupación global en todo el planeta. La casa común que hay que cuidar, es responsabilidad de todos. Por ello, para Mons. Cob, la Sinodalidad de la Iglesia será una nota que dejó huella en la metodología del vivir y el hacer de la Iglesia.
Nuevos Caminos para la Evangelización
Siempre comentando su experiencia en sínodo, el obispo del Vicariato de Puyo, recuerda que, junto con la preocupación del cuidado de la casa común, no perdieron de vista la primera parte del título de este Sínodo: “Nuevos caminos para la Iglesia”. Una realidad incuestionable que interpela a nuestra Iglesia amazónica, dijo, y a todo el mundo, por ello decimos con S. Pablo, “cuando un miembro del cuerpo sufre, todo el cuerpo sufre con él”. La Amazonia manifestó con fuerza en el aula sinodal el gran desafío. ¿Cómo evangelizar para que una comunidad cristiana crezca y madure su fe, si no le es posible la celebración de la eucaristía culmen y centro de la vida cristiana?”, porque, dijo, la realidad de la inmensa selva en este bioma amazónico es diferente, y no cuenta con sacerdotes que puedan celebrarla. Ciertamente que se puso de manifiesto que hay que pasar de una Iglesia clerical a una iglesia más ministerial. Y de una Iglesia de visita a una Iglesia de presencia. Basándonos en la vocación bautismal de todo cristiano, así como el protagonismo evangelizador de la mujer en la Iglesia. Debemos desarrollar más el compromiso de los laicos cristianos, dijo el prelado.
Frutos florecidos del sínodo
"Aparte de los frutos que dio el Sínodo en su celebración diremos que después de un año comienzan a recogerse los primeros frutos. Se sembraron las semillas en el campo abonado de la Iglesia. Y serán fecundadas por el Espíritu que guía e impulsa a la Iglesia. Como primer fruto del Sínodo, tenemos la Exhortación postsinodal Querida Amazonia, que nos regaló el 12 de febrero pasado el Papa Francisco invitándonos a soñar en este camino iniciado por el Sínodo. Un documento que ilumina el hacer y el vivir de la Iglesia en la Amazonia", explica Mons. Cob.
Igualmente como otro gran futo que estamos recogiendo a pesar de la pandemia, señaló por último, es el tener nuevas estrucuras eclesiales, como lo soslicitaba el documento final. Estructuras que respondan a los desafíos de la Iglesia en la Amazonia. Así el día de san Pedro y san Pablo, el 29 de junio, se aprobaron los estatutos de la Conferencia Eclasial Amazónica, CEAMA, vinculada en su articulación al CELAM, pero con autonomía propia en su desarrollo. Al respecto, el prelado consideró este logro, "como un milagro, que en tan poco tiempo podamos contar con frutos como estos, instrumento valiosísimo para la labor pastoral de la Iglesia en este bioma amazónico", y expresó su esperanza que sigan floreciendo más frutos de esas "semillas sembradas en el Sínodo Amazónico".
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