Asamblea CEAMA: definir juntos nuevos caminos para la evangelización
Manuel Cubías - Ciudad del Vaticano
La Conferencia Eclesial de la Amazonía, coincidiendo con el primer aniversario de clausura del Sínodo para la Amazonía, finalizó el 27 de octubre la primera asamblea plenaria, en la que participaron unas 300 personas procedentes de al menos tres continentes.
Origen de la CEAMA
En un comunicado publicado al terminar el encuentro, se relata que el proceso de creación de la CEAMA se remonta a 2007 con la Conferencia de Aparecida y tuvo su momento culminante en la realización del Sínodo.
En medio de estos dos grandes acontecimientos se pueden situar el encuentro del Papa Francisco con los obispos en Río de Janeiro en 2013, la creación de la REPAM en 2014, la convocatoria del Sínodo para la Amazonía en octubre de2017, la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado en enero de 2018, donde dio inicio un amplio y rico proceso de escucha, la Asamblea Sinodal en octubre de 2019, la exhortación postsinodal Querida Amazonía en febrero de 2020, que acoge el Documento Final del Sínodo y pide su aplicación (cf. QA 2-4), son pasos decisivos que han permitido llegar a esta asamblea dice el comunicado.
La CEAMA está formadad por las Iglesias de los nueve países que comparten el teritorio amazónico: Bolivia, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Venezuela, Guyana francesa, Guyana y Surinam.
Metodología y participantes en la asamblea
La emergencia sanitaria que vive el mundo a causa del Covid-19 fue un obstáculo a salvar, y así fue, el Papa Francisco les animó a darle continuidad al proceso postsinodal. El encuentro se realizó a través de una plataforma virtual gracias a la cual fue posible encontrarse, celebrar y compartir la fe y la vida, pensar y discutir las diferentes propuestas en grupos de trabajo que permitirán impulsar el trabajo evangelizar en la Amazonía. La experiencia, afirma el texto, permitió tejer sinodalmente algunos compromisos prioritarios, iniciando así un proceso que nos conduzca hacia un Plan Pastoral de Conjunto.
En las dos sesiones participaron 4 cardenales, 46 sacerdotes, 58 religiosas y religiosos, 77 obispos y 114 laicos, que se distribuyeron en grupos de trabajo.
Los compromisos de la CEAMA
La identidad de la CEAMA se define al “crear un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región, que ayude a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y que continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora” (DF 115).
Veinte, en particular, las "áreas temáticas prioritarias" sobre las que se ha comenzado a trabajar, porque "es hora de dialogar, de encarnar, de descolonizar", dice Ceama, reiterando la importancia de "involucrar a los laicos, a las mujeres, a los pueblos indígenas, a los mestizos, a las personas de origen africano" en la vida de la Iglesia. En la nota también se subraya la necesidad de "ser una Iglesia que acoge a las víctimas de la pandemia" y de "formar comunidades que puedan celebrar la Eucaristía" con "una fuerte conciencia misionera y ministerial de todos sus miembros". "Seguiremos avanzando en este proceso del Espíritu, en comunión con la Iglesia universal -concluye la nota- en alianza con los pueblos amazónicos y en defensa de la casa común", y "animados por el apoyo del Papa Francisco, que se alegra de la continuidad del proceso amazónico postsinodal".
El cardenal Claudio Hummes, presidente de la CEAMA, declaró en su intervención final, primero, “que el Papa les animaba a poner en práctica lo que fue decidido y propuesto en el Sínodo” y, en segundo lugar, “se trata de elaborar un plan de pastoral de conjunto para toda la Amazonía. Esto es, para ser una Iglesia misionera, sinodal, abierta”. Terminó su participación informando que la sede de la CEAMA estará en la ciudad de Bogotá, junto al CELAM y agradeció a monseñor Cabrejos por acogerlos.
La hermana Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos y religiosas que “el camino iniciado nos pone de cara a las urgencias de la conversión y espera que permita relacionarnos en comunión entre nosotros y con la casa común”. También subrayó que es un desafío “participar con la conciencia de que es tarea de todos, en sinodalidad y que la realidad es pluriétnica y multicultural con una opción decidida por el encuentro”. Un punto de insistencia, añadió, es la formación para el cuidado de la casa común y el hecho de estar capacitados para enfrentar los nuevos desafíos que plantea la relación. Pidió seguir luchando por los derechos humanos de los más pobres y de la naturaleza, todo esto resultado del compromiso con la vida que nace desde la fe.
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