¿Por qué el Papa Francisco rezó por Nigeria el domingo?
Por el Padre Benedict Mayaki, SJ
Durante casi dos semanas, los jóvenes nigerianos han estado tomando las calles en protesta contra la brutalidad policial y pidiendo al gobierno que cierre una notoria unidad policial conocida como la Brigada Especial Antirrobo (SARS).
Acusan a esta unidad policial, formada originalmente en 1992 para ocuparse de los casos de robo a mano armada y otras actividades delictivas, de delitos que incluyen la tortura, la extorsión, los arrestos ilegales y las ejecuciones extrajudiciales.
Los jóvenes también ampliaron sus demandas para que incluyeran llamamientos para poner fin a la corrupción y mejorar la gobernanza, habida cuenta del alto nivel de desigualdad económica en el país, marcado por fuertes contrastes entre los ricos y los pobres. Según el World Poverty Clock (el Reloj de la Pobreza Mundial), más de la mitad de los aproximadamente 200 millones de habitantes de Nigeria viven en la extrema pobreza, y sobreviven con menos de dos dólares diarios.
La cercanía del Papa Francisco
El Papa Francisco, durante el Ángelus del domingo, hizo un llamamiento para poner fin a los violentos enfrentamientos en Nigeria entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes #endSARS que se manifestaban contra la brutalidad policial:
“Recemos al Señor para que se evite siempre todo tipo de violencia, en la constante búsqueda de la armonía social a través de la promoción de la justicia y del bien común”.
Las protestas
El 3 de octubre, un video que alegaba que un oficial del SARS había disparado a un joven y se había dado a la fuga con su Lexus SUV se hizo viral en Internet. En cuestión de horas el video generó una protesta pública a través de las plataformas de medios sociales. En los días siguientes, a medida que más nigerianos compartían sus propias experiencias de brutalidad con el hashtag #endSARS, las protestas en línea se trasladaron a las calles. El 8 de octubre, los manifestantes de varios estados del país comenzaron a organizar diariamente manifestaciones masivas.
Aunque las protestas, en las que miles de jóvenes nigerianos se reunieron en lugares determinados, fueron en su mayoría pacíficas, algunos de los manifestantes acusan a las autoridades de contratar matones para interrumpir las manifestaciones, enfrentándose a los manifestantes y causando daños a la propiedad. Muchas de las personas presuntamente contratadas para desacreditar las protestas están desempleadas y tienen pocas o ninguna perspectiva de empleo, y son presa fácil de la manipulación de personas dispuestas a pagarles.
A medida que las protestas avanzaron, los manifestantes de #endSARS se encontraron, en algunas zonas, con la resistencia del personal de seguridad que desplegó gas lacrimógeno, camiones hidrantes y municiones reales para dispersar a la multitud.
Según Amistía Internacional, al menos 10 manifestantes fueron asesinados. Un momento decisivo para las protestas fue la noche del 20 de octubre, cuando los testigos y Amnistía Internacional informaron de que al menos 12 personas habían muerto y muchas otras habían resultado heridas cuando los soldados abrieron fuego contra una multitud de manifestantes, en su mayoría pacíficos, en Lekki, Lagos.
Dos días después, el Presidente Mohammadu Buhari se dirigió a la nación pidiendo el fin de las protestas, pero no mencionó las muertes por disparos de los manifestantes en Lagos. Aunque en un primer momento pareció responder a las demandas de los manifestantes, el gobierno nigeriano cambió drásticamente a emplear medidas para poner fin a las protestas.
En los últimos días, las protestas han tomado un giro diferente y a veces violento. Multitudes de nigerianos han invadido y saqueado varios almacenes propiedad del gobierno que contenían alimentos que supuestamente iban a ser distribuidos durante el lockdown a principios de este año. En estados como Lagos, Kogi y Kaduna, entre otros, las instalaciones de almacenamiento que contenían toneladas de materiales de socorro han sido allanadas y vaciadas. También se han producido recientemente casos de incendios provocados, ya que propiedades privadas y gubernamentales han sido incendiadas por multitudes enfurecidas.
Son muchas las víctimas de la violencia policial
Muchos jóvenes nigerianos -el grupo demográfico que impulsa las protestas- afirman que se les hace un perfil y se les señala por estar a la moda, ser acomodados, tener tatuajes en el cuerpo, teléfonos caros o por llevar peinados deportivos que se consideran diferentes de la norma percibida.
Un informe de 2020 de Amnistía Internacional titulado: "Nigeria, hora de poner fin a la impunidad", detalla casos horribles de 82 personas que relatan sus experiencias de tortura, extorsión, violencia sexual, confiscación de dinero y bienes, detenciones ilegales y ejecuciones extrajudiciales por parte de funcionarios de la unidad de policía del SARS.
"Quiero una Nigeria donde haya esperanza, amor, paz y unidad", dijo a Vatican News un participante en las protestas, hablando con la condición del anonimato.
En su opinión, las protestas de #endSARS comenzaron como reacción a los largos casos de violencia, brutalidad e impunidad de los miembros de la fuerza policial nigeriana. Un miembro de su familia también había sido víctima de la brutalidad policial del SARS.
"Mi primo fue hostigado este año, casi le disparan... Lloraba cuando me lo contó. No puedo imaginarme perder a mi primo - el que tengo - por un policía y que nadie haga nada al respecto".
El hombre se refirió también a la aterradora experiencia de estar presente durante el tiroteo del martes por la noche: "Éramos un grupo de gente pacífica; no matamos a nadie; no estropeamos la propiedad... Disparaban contra nosotros... Disparaban contra manifestantes pacíficos".
Recuerda que las luces alrededor del lugar de la protesta de Lekki fueron apagadas antes de que el tiroteo comenzara alrededor de las 6:43 pm. En respuesta, los manifestantes se sentaron en el suelo ondeando la bandera nacional y cantando el himno nacional, con la esperanza de que los soldados respetaran la bandera y dejaran de disparar.
Muchos de los heridos tuvieron que ser llevados a los hospitales por los mismos manifestantes ya que los soldados no permitieron que las ambulancias atravesaran la zona de protesta. El tiroteo, dijo, duró unos treinta minutos.
Humanidad en vez de conflicto
En cuanto al llamamiento del Papa para que haya protestas pacíficas en Nigeria el domingo, lo acoge como una señal del cuidado del Papa por el país.
"Estamos destinados a amarnos unos a otros. Estamos destinados a estar ahí para el otro", dijo, y añadió: “la humanidad está por encima de cualquier conflicto, así es como debería ser". Los jóvenes están muriendo y el gobierno está tratando de barrer esto bajo la alfombra. Necesitamos toda la ayuda posible".
Sueña con una Nigeria llena de esperanza, amor, paz y unidad. Una nación donde "el hijo de cualquiera puede convertirse en alguien sin conocer a nadie".
La respuesta del gobierno
El jefe de policía nigeriano ordenó el sábado movilizar personal de seguridad a las regiones del país donde los manifestantes empezaban a ser molestos.
A pesar de no mencionar las muertes a tiros del 20 de octubre en su discurso a la nación, el Asesor Especial de Buhari de Medios y Publicidad, Femi Adesina, dijo en una declaración el domingo que el Presidente promete asegurar justicia para "los manifestantes pacíficos que perdieron sus vidas". Adesina también reiteró el llamado del Presidente a "la paz, la hermandad y la armonía intercomunal", instando a los nigerianos "a no volverse unos contra otros en el odio".
Aunque el gobierno anunció la disolución del SARS el 11 de octubre, las autoridades policiales anunciaron, al mismo tiempo, su sustitución por una Unidad Especial de Armas y Tácticas (Special Weapons and Tactics Unit, SWAT). Este anuncio no apaciguó a los manifestantes que continuaron con sus manifestaciones, acusando al gobierno de un ejercicio de cambio de nombre vacío sin las reformas estructurales adecuadas.
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