El Sínodo para la Amazonía y la acción de los jóvenes indígenas
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
El coordinador del capítulo Nacional Panameño de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana, el padre vicentino José Fitzgerald, explicó que aunque si su país no hace parte de los amazónicos, sin embargo, sobre el sínodo de la Amazonía, tienen claro que los temas centrales del mismo pertenecen a la realidad panameña.
Para llegar al sínodo de Amazonía, hubo un proceso largo que comenzó en el Perú, cuando el Papa Francisco después de escuchar las palabras de los pueblos indígenas abre un proceso de diálogo. Fitzgerald dijo que para llegar al sínodo del año pasado en Roma hubo un camino marcado por muchos esfuerzos, por los esfuerzos de muchos hombres y mujeres a lo largo de muchos años, personas que nunca han perdido este sueño, la esperanza de una iglesia y sociedad diversa e inclusiva y una Amazonía sana.
Los pueblos originarios, dijo el sacerdote, desde siempre han vivido toda su historia en relación con el único Dios de la Vida, y han dado propuestas de vida frente a las sociedades de muerte. El sínodo para Amazonía, dio voz a los pueblos indígenas, desde siempre “sofocadas y rechazadas”. Desde que concluyó el sínodo, no ha habido muchos cambios ni mejoras en la Amazonía, señaló, continúan las políticas racistas en contra de los indígenas, la masiva destrucción de los bosques y ríos, la creciente brecha social y económica. Y encima de las demás crisis existentes, la pandemia no ayuda en nada esta situación.
Uno de los avances del sínodo ha sido la fundación de la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana, Remam, que tuvo lugar en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe México, con la participación de delegados de los varios países mesoamericanos, México hasta Panamá, y esta red se fundó a partir de la amplia experiencia de Repam, la red ecológica panamazónica que jugó un rol central en llevar a cabo el proceso del sínodo de la Amazonía, involucrando actores históricamente excluidos.
Para el padre Fitzgerald, ver los frutos reales del sínodo, es difícil de definir, pues, la Exhortación apostólica Postsinodal Querida Amazonía fue presentado en febrero de este año, pocas semanas antes de la llegada de la pandemia en el mundo. Por eso, dijo, muchos planes no se llevaron a cabo. Pero se dio más fuerzas a encuentros virtuales, para profundizar la reflexión y fortalecer con la oración y el trabajo en conjunto. Es muy importante, señaló, promover la conciencia, concientizar a partir de la experiencia y los documentos del sínodo, tanto dentro de la Iglesia como en la sociedad y en el mundo.
El padre Fitzgerald, también dijo que para alcanzar y hacer realidad los sueños del Papa Francisco, en su encíclica, debemos hacer cambios reales en la sociedad. Querida Amazonía, la Laudato sí, y ahora Fratelli tutti, afirmó señalan el sistema actual de extracción, producción, consumo y descarte como un sistema global que está llevando a la familia humana a la destrucción total y toda la creación con ella. Frente a esta realidad, "surge otra pregunta, si somos capaces como comunidades de fe y como Iglesia, de influir en el rumbo de nuestras sociedades y nuestras naciones para que estén más en línea de los valores básicos de la vida, de la justicia, de la equidad, del cuidado de la casa común. Ojalá que sí, es tan urgente esta respuesta", dijo.
El Padre Fitzgerald, ha vivido y trabajado entre los indígenas Ngäbe en Soloy, Panamá desde 2005 (lugar del Encuentro Mundial de la Juventud Indígena 2019), en una de las fotos que cedió a Vaticannews, se aprecia algunas laicas indígenas realizando un rito ancestral de purificación, que sobre todo en este tiempo de pandemia, están haciéndolo contra el mal. El padre nos explica cómo se hace y lo que significa.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí