Codina. Sínodo de la Amazonía: vivir la novedad inesperada del Espíritu
Manuel Cubías – Vatican News
El sacerdote Víctor Codina S.J. ubicó la experiencia del Sínodo en un contexto complejo, dominado por las consecuencias negativas de la pandemia del coronavirus, que ha concentrado la atención mundial y silenció otros temas eclesiales y sociales, como el Sínodo de la Amazonía. Cuando la fuerza del Covid-19 comienza a decrecer, afloran temas importantes ya planteados en la encíclica Laudato si’ y en otros documentos posteriores al Sínodo.
El Sínodo para la Amazonía. Un año después
La Amazonía es un territorio compartido por nueve países, recuerda Víctor Codina, con una extensión de 7 millones de kilómetros cuadrados y 35 millones de habitantes.
“Es uno de los lugares más bellos y ricos del planeta, con un rico bioma de flora y fauna, uno de los mayores caudales de agua dulce y de vegetación selvática que ayuda al equilibrio climático de América y del mundo. Su deterioro afecta gravemente a la toda la tierra, a la humanidad. Pero la Amazonía está amenazada como nunca por los intereses económicos de las grandes empresas multinacionales y de los gobiernos políticos.
Desde el punto de vista eclesial, la Amazonía constituye un grave desafío pastoral por las grandes distancias, la falta de ministros ordenados, la pluralidad de lenguas etc.”
Codina subraya que, aunque la problemática de la Amazonía resulta un tanto lejana para Argentina, ésta realidad llegó al Papa Francisco a través de diversos frentes: “la Asamblea Episcopal de Aparecida (2007) mencionaba expresamente la problemática amazónica; por otra parte, el cardenal Claudio Hummes y los obispos de Brasil con frecuencia presentaron a Francisco la urgencia del tema amazónico. Finalmente, el 15 de octubre de 2017, Francisco convocó un Sínodo especial sobre la Amazonía bajo el lema “Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”.
Para Víctor Codina, “el Sínodo amazónico tenía un horizonte más amplio, planetario, mundial, ecológico, más allá de los límites confesionales cristianos”, siendo este detalle lo más novedoso en relación con otros sínodos especiales.
“He venido a escucharlos”. La visita del Papa a Puerto Maldonado
El 19 de enero de 2018, Francisco se reunió con indígenas amazónicos en Puerto Maldonado, Perú. y para sorpresa de todos, les dijo: “Y he querido venir a visitarlos y escucharlos, para estar juntos en el corazón de la Iglesia, unirnos a sus desafíos y con ustedes reafirmar una opción sincera por la defensa de la vida, defensa de la tierra y defensa de las culturas”.
A partir de esta reunión, prosigue Codina, “la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) organizó una amplia consulta y encuesta a los pueblos amazónicos para conocer sus problemas y deseos, tanto de cara a la sociedad como a la Iglesia. Fue un trabajo ímprobo, con unas 20 mil personas participantes, consultas a unos 120 pueblos indígenas diferentes, con unas 290 reuniones. Se hizo también un mapeo de toda la Amazonía con los problemas y dificultades de cada país. A los teólogos y expertos nos entregaron un resumen de 100 páginas donde aparecía recogida la voz de los indígenas”.
Hablan los indígenas
Codina afirma que “En primer lugar, los pueblos indígenas manifiestan con dolor la situación que viven de amenaza constante de su territorio, de su identidad y de su vida por las agresiones de las grandes empresas multinacionales y compañías extractivistas, mineras, petroleras, forestales, agroindustriales, etc. que destruyen su hábitat, contaminan su tierra y los ríos, ponen en peligro sus vidas”.
En segundo lugar, hacia la Iglesia hay gratitud, quejas y peticiones. Agradecen lo que la Iglesia ha hecho en el campo de la evangelización, salud, educación y acompañamiento pastoral. Se quejan de que en algunos casos el acompañamiento pastoral verticalista y piden presencia y cercanía de los ministros. Estos últimos pueden ser ministros autóctonos y hombres maduros designados por las comunidades. Piden que se reconozca oficialmente el papel de las mujeres en las comunidades, así como la creación de seminarios y centros de estudio universitario para la formación de indígenas.
A cambio, continúa Codina, los pueblos originarios “ofrecen a la Iglesia y a la humanidad una sabiduría ancestral y milenaria, anterior al cristianismo que se concreta en el paradigma del “vivir bien”, es decir, en una vida en armonía con la comunidad, con la naturaleza y con la Divinidad (...) ofrecen al mundo moderno depredador e injusto, un modo alternativo de vivir y de cuidar la tierra”.
El proceso sinodal
El Instrumentum laboris
Este documento consta de tres partes: la primera, La voz de la Amazonía: la Amazonía como fuente de vida y revelación de Dios. La segunda, la ecología integral: El clamor de la tierra y de los pobres. Se trata de una amplia presentación de tipo sociológico de los graves problemas actuales de la Amazonía; y finalmente, Desafíos y esperanzas de una Iglesia samaritana, apartado donde se plantean los temas de la inculturación, interculturalidad, evangelización, nuevos ministerios, movimientos religiosos y ecuménicos, el desafío de los medios de comunicación entre otros.
Sobre el Instrumentum laboris, el padre Codina afirma: “Es un trabajo serio, profundo, maduro, equilibrado y realista, que recoge y asume la voz de la consulta a los indígenas y presenta su problemática desafiante a los miembros del Sínodo para su reflexión y discernimiento”. También hizo notar el papel de algunos medios de comunicación que “silenciaron las referencias ecológicas y se concentraron en los dos temas eclesiales candentes: la ordenación de hombres casados (los llamados viri probati) y el diaconado femenino”.
Para Codina, el ejercicio de escuchar fue determinante durante el sínodo, así se presentaron los aportes de obispos, invitados especiales e indígenas. Así se fue elaborando el Documento Final.
El Documento Final
Documento final, consta de 5 capítulos articulados bajo la perspectiva de la promoción de Nuevos caminos para la conversión: conversión integral, conversión pastoral, conversión cultural, conversión ecológica y conversión sinodal. En el Documento también “se solicita un organismo episcopal que renueve la sinodalidad entre las Iglesias de la región y contribuya a delinear el rostro amazónico de esta Iglesia y busque nuevos caminos para la evangelización amazónica (115). Y se pide que el nuevo organismo de la Iglesia en la Amazonía estudie la posibilidad de elaborar un rito amazónico, a semejanza de los 23 diversos ritos existentes en las Iglesias católicas orientales (116-119)”.
Las intervenciones de Francisco
Víctor Codina, refiriéndose a las participaciones del Papa Francisco durante las sesiones del Sínodo afirma:
Uno de los comentarios de Francisco que más impactó e incluso desconcertó fue su afirmación después de algunos días de trabajo sinodal, de que al Sínodo le faltaba “desborde”, que no se podían poner remiendos nuevos a un vestido viejo. En los diversos grupos lingüísticos discutimos sobre el sentido de este desborde. Parecía que Francisco quería algo más radical, no meros apaños y respuestas parciales. Ya en el Discurso inaugural había afirmado que el Espíritu era el protagonista principal del Sínodo. Y en el discurso de clausura criticó a ciertas élites católicas que quieren ir a la “cosita” y se olvidan de las “grandes” y a continuación cito un texto de Péguy: “Porque no tienen el coraje de estar con el mundo ellos creen estar con Dios. Porque no tienen el coraje de comprometerse en las opciones de vida del hombre, creen luchar por Dios. Porque no aman a ninguno, creen amar a Dios”.
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