Eritrea, conflicto en el Tigray: Obispos piden "perseguir la paz"
Ciudad del Vaticano
Perseguir la paz: el comunicado de los obispos católicos de Eritrea, emitido el 18 de noviembre, inicia con un sincero llamamiento a la reconciliación, mientras que el país ha estado en grave conflicto con Etiopía desde principios de mes. De hecho, el 4 de noviembre, el Primer Ministro etíope Abiy Ahmed ordenó una ofensiva militar contra las autoridades de la región de Tigray, en respuesta a un presunto ataque contra la principal base militar etíope situada en la capital de Tigray, Mekelle. Pero el conflicto se ha arraigado en los últimos meses desde que el partido gobernante de Tigray (Frente de Liberación Popular de Tigray) organizó elecciones en la región en septiembre, en contra del consejo del gobierno federal. Hasta ahora, cientos de víctimas de los enfrentamientos y miles de personas desplazadas han huido al vecino Sudán.
La guerra va contra el desarrollo
Expresando, por lo tanto, "profunda tristeza" por el conflicto en curso, los obispos eritreos reafirman que "la guerra va contra la vida y contra el desarrollo" porque "mata, mutila, destruye y siembra el odio entre los pueblos". "En la guerra pierden a todos", dice la nota episcopal, "no tiene ningún valor significativo y es siempre injusta", porque "destruye los cuatro pilares de la paz, a saber, la verdad, la justicia, el amor y la libertad".
La verdad es esencial para la reconciliación, explican los prelados, porque "dentro de la sociedad no sólo garantiza los derechos individuales, sino que salvaguarda el bien común protegiendo los derechos de los demás como fundamento de la paz". Al mismo tiempo, "la justicia garantiza los derechos de todos, fomentando el progreso en la construcción de la paz", mientras que "el amor infunde empatía por las necesidades de los demás, creando reciprocidad". Por último, la nota añade que la libertad "permite a las personas contribuir al desarrollo de la paz". Además, la Iglesia Católica Eritrea reitera que "la búsqueda de la paz no puede separarse del respeto de la dignidad humana y los derechos humanos".
Nada justifica el derramamiento de sangre
La nota de la Iglesia Católica Eritrea se suma a la declaración del 4 de noviembre firmada por el cardenal Berhaneyesus Souraphiel, arzobispo de Addis Abeba (Etiopía), en la que se reiteraba: "Si los hermanos se matan entre sí, Etiopía no ganará nada, sino que está condenada al fracaso", porque "ninguna razón u objetivo puede justificar el derramamiento de sangre".
De ahí el llamamiento a todos los católicos a rezar, también junto con los fieles de otras religiones "por la paz y la reconciliación". Incluso el Papa Francisco, en el Ángelus del pasado domingo 8 de noviembre, dijo: "Sigo con preocupación las noticias que llegan de Etiopía. Al tiempo que insto a todos a rechazar la tentación del conflicto armado, invito a todos a la oración y al respeto fraternal, al diálogo y a la resolución pacífica de la discordia".
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