Luciani sobre Fratelli tutti: “padecemos síntomas de deshumanización”
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
En el tercer capítulo de Fratelli tutti, el Pontífice nos invita a “pensar y gestar un mundo abierto” que tenga por base que estamos hechos para el amor que va más allá de nuestra lógica: un amor sin fronteras que encuentra cabida en la amistad social, que trasciende diferencias y proyectos políticos para, nuevamente, centrarse en la común dignidad de todas las personas. “En el tercer capítulo nos preguntan a la luz del Evangelio de Mateo si somos hermanos, si somos hermanas, como bien dice Jesús, eso es lo que nos da sentido como ser humano: todos somos hermanos y hermanas, los unos de los otros” asegura para Vatican News Rafael Luciani, experto del CELAM y miembro del equipo teológico de la CLAR.
Analizando este tercer capítulo de la nueva encíclica del Papa, Luciani explica que “la fraternidad es ese modo en el que el otro y la otra es asumido en igualdad de condiciones posibilitando la libertad para poder expresarnos, para poder asumirnos, para poder escucharnos, para poder caminar juntos”, pero – puntualiza – “la fraternidad se hace concreta cuando la proximidad del otro es real, cuando el otro es un rostro, cuando el pobre adquiere rostro, cuando los nuevos pobres de hoy a la luz del empobrecimiento masivo adquieren un compromiso que no puede ser ideológico”. También lo dice el Papa Francisco en su capítulo tercero: “no servimos a ideas, servimos a personas”.
Para el experto del CELAM, se tiene que poner en marcha una lucha “contra todo aquel que genera pobreza, desigualdad, falta de trabajo, tierra, vivienda y aquello que niega los derechos sociales y los derechos laborales” y tiene que ser – dice – “una lucha contra las causas, las causas que hoy en día se han revelado en el marco de una deconstrucción del tejido socio-cultural de nuestros pueblos”. Es por ello que estamos llamados – señala Luciani – “a comprometernos para pensar y gestar un mundo abierto a una fraternidad que se abra al mundo donde la Iglesia en salida hacia el hermano - como dice Francisco en Evangelii Gaudium – pueda ofrecerse como signo de credibilidad en un cambio de época”.
El también teólogo de la CLAR, asegura que padecemos “profundos síntomas de deshumanización”, “hemos olvidado la solidaridad, no solamente personal y social, sino global” y es por ello que en este cambio de época la encíclica Fratelli tutti nos invita a repensar y a discernir qué es lo verdaderamente humano que nos da razón de ser y de existir en este mundo.
Por último, explica que ese concepto de “fraternidad abierta” del que habla el Papa al inicio de su encíclica, se refiere a “una fraternidad que no se límite a los cristianos entre ellos, sino que sea expresión de una Iglesia en el mundo que camina con el mundo, con sus instituciones, con todos aquellos que aún no participan de la propia fe, que no son de la misma creencia, para que juntos podamos luchar por un bienestar mayor y por un mundo de justicia donde los derechos humanos y la igualdad en deberes y derechos sea respetada”.
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