Huracán ETA. Magis Americas publicó un Protocolo de emergencia
El huracán Eta, tormenta de categoría 4 con vientos de hasta 240 km/h, tocó tierra al sur de Puerto Cabezas, Nicaragua el martes 3 de noviembre. Desde entonces, el huracán se ha debilitado hasta convertirse en tormenta tropical, sin embargo, las autoridades locales han advertido que las inundaciones y los deslizamientos de tierra, lentamente están creando un desastre humanitario.
Una situación difícil. Hace falta solidaridad
Los colaboradores y colaboradoras de Fe y Alegría se han movilizado tanto en Nicaragua como en Honduras, utilizando edificios escolares como refugios para comunidades evacuadas.
Tal como explican los jesuitas de Magis, “la lentitud del movimiento traslativo, sus fuertes lluvias y las altas vulnerabilidades ambientales y sociales de la población y la infraestructura, tiene una gran similitud al huracán Mitch, que devastó la región hace 22 años. La situación es demasiado familiar, una expresión más del colapso estructural y social del país que surge en tiempos de crisis. Hoy, lo vemos en la agregación de un huracán en medio de una crisis económica y sanitaria que se asienta en una crisis política y social crónica”.
Las instituciones en el lugar
La Costa Caribe Norte de Nicaragua, una zona rural que ya era extremadamente vulnerable, fue golpeada con toda su fuerza. El equipo local de Fe y Alegría, informó, en una nota publicada el domingo que aún no habían podido llegar a las comunidades más remotas, y que la situación era verdaderamente desastrosa.
En Honduras, a partir del martes se habilitaron los Centros Técnicos Loyola, Bandeira y Nazaret de Urraco, todos los centros educativos de Fe y Alegría, como albergues para atender a las comunidades desplazadas. Fe y Alegría distribuyó, asimismo, carpas y toldos de nailon a estudiantes que residen sobre las carreteras rurales.
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