Siria. ACN pide ayuda para las familias cristianas de Alepo y Damasco
Tiziana Campisi – Vatican News
"Por favor, no olviden Siria" es el llamamiento de la hermana Annie Demerjian, de la Congregación de Jesús y María, coordinadora de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Siria, que llama la atención sobre los cientos de familias que necesitan ayuda. "La guerra no ha terminado, nuestro pueblo sigue sufriendo", añade la religiosa, todos los días al lado de los cristianos de Alepo y Damasco. La escalada de los conflictos internacionales, la epidemia de Covid-19, la falta de perspectivas de empleo, el aumento exorbitante de los precios, el aislamiento del país debido a los embargos y sanciones y la ausencia del mínimo necesario para sobrevivir están causando tanta desesperación en la población. La Hermana Annie en Alepo se ocupa de 273 familias, con la ayuda de un equipo de cinco personas, y junto con una hermana, dirige un programa de ayuda en Damasco para más de 100 familias. Muchos ancianos viven en condiciones muy pobres. "A través de Ayuda a la Iglesia Necesitada les proporcionamos una contribución mensual para el sustento", dice la Hermana Annie, "vales para comprar bienes esenciales como alimentos y combustible, especialmente ahora que se acerca el invierno, además de esterilizadores y medicinas". Pero entre las necesidades más urgentes, debido a la difícil situación económica, están los gastos de alojamiento. Muchas familias no tienen una casa propia, ni pueden pagar el alquiler sin el apoyo financiero de las hermanas.
Sembrando esperanza en la desolación
"Estamos atravesando el peor período de nuestra historia, después de diez años de guerra sangrienta - explica la Hermana Annie -. La asistencia de Ayuda a la Iglesia Necesitada en todos estos años ha sido un ancla de salvación y una esperanza para nuestras familias cristianas que viven en condiciones verdaderamente inhumanas. Hay pobreza en todas partes, escasean las medicinas, a veces falta la electricidad o no hay agua durante largos períodos de tiempo. La vida es insoportable para mucha gente -precisa la hermana Annie-. Las familias sirias están entristecidas por la presión psicológica y material". Pero frente a todo esto hay diferentes programas de formación de jóvenes y de apoyo espiritual: "Esto es muy necesario en un país donde la desolación y el desánimo están muy extendidos. Debemos sembrar la esperanza", concluye la hermana Annie.
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