Celam. En esta navidad volvamos la mirada hacia los más necesitados
Ciudad del Vaticano
“Permítanme ingresar a la intimidad de sus corazones, de sus hogares y de sus familias, para compartir con ustedes el mensaje de paz, gozo y amor de la presencia de Dios hecho niño en Belén. Es el mismo mensaje que hace dos milenios los Ángeles del cielo, en el silencio y la oscuridad de la noche, anunciaron a unos humildes pastores en Belén. Aquella noticia grandiosa iluminó para siempre la vida de la humanidad. Jesús nos enseña que siempre nos está hablando en lo cotidiano, en lo sencillo, a manera de mensajes, y que para escucharlo tenemos que tener abierto el corazón y la mente”, mensaje de navidad del presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, Celam, Mons Miguel Cabrejos.
En medio de la pandemia
Mientras el mundo pasa por “la noche oscura de la pandemia, en este tiempo de incertidumbre, la navidad toca las puertas de nuestro corazón, para recordarnos que ha nacido el Salvador. Y su luz poderosa disipa la noche del sufrimiento, el dolor y la angustia”. El prelado recordó que la celebración de la Navidad de este año es diferente en muchos aspectos, pero hay algo que no cambia: el amor encarnado de Dios al hombre. Su amor, dijo, sigue operando y liberando; su luz no se ha apagado, resplandece con el mismo brillo de la Transfiguración y la Resurrección; su grandeza divina y humana no ha disminuido.
Navidad: el amor que siempre vence
Así ante el desánimo, la desesperación, la violencia y el miedo, la navidad es el acontecimiento del amor que siempre vence, señaló Mons. Cabrejos y recordó la encíclica Fratelli tutti, del Papa Francisco: “no es una opción posible, vivir indiferente ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede a un costado de la vida. Por eso Jesús hecho niño nos enseña que un gracias, un perdón, puede cambiarlo todo, que la fuerza más grande es el amor, y que este amor es capaz de romper el miedo y dar paso a los milagros en nuestra vida. Con el niño Dios entre nosotros, constatamos que no estamos solos. Él nos da fortaleza y esperanza, cuando nos dice yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.
El presidente del Celam, recordó y comparte el “dolor profundo por la partida inesperada de muchos familiares y amigos a causa de la pandemia”, que nos ha hecho ver lo frágil que es la vida, la tecnología, la ciencia, el dinero, pero también, señaló, nos ha ayudado a redescubrir el valor y la importancia de la familia y el hogar, a valorar a nuestros parientes, amigos, conocidos, y valorar esencialmente el don de la vida y la salud.
En esta Navidad, dijo por último, volvamos la mirada hacia los miles de niños que siguen pasando hambre y sed en el desamparo, a los ancianos que siguen durmiendo abandonados en medio de las calles como si fueran los descartados de la sociedad, a las mujeres maltratadas que no encuentran a nadie que las rescate de la violencia o la explotación, a los migrantes que buscan entre nosotros un mejor futuro. Seamos también solidarios y fraternos con quienes han perdido su trabajo y no tienen como sustentar a su querida familia.
“Nuestro tiempo en el mundo es corto. Seamos felices, vivamos en paz, esforcémonos cada día en ser mejores, y en compartir su luz. También Jesús niño, es la sonrisa de Dios, contemplémosle en cada pesebre y que brote de nuestros corazones la plegaria: Muéstranos Señor tu misericordia y danos tu salvación. Y la gratitud por estar siempre en nuestra vida y enseñarnos a vivir. Que en esta navidad renazca en cada uno la luz y la alegría. Y que la armonía, la justicia y la paz, reine en cada uno de sus hogares”.
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