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África, Conferencia de Iglesias: la posesión de armas nucleares es inmoral

"Creemos que la misma posesión, así como la amenaza potencial del uso de armas nucleares, es inmoral y esperamos el día en que el mundo se libere permanentemente de dicho armamento", afirma en una nota la Conferencia de Iglesias de toda África (AACC).

Isabella Piro - Vatican News

La posesión de armas nucleares es "inmoral": lo escribe en una nota la Conferencia de Iglesias de toda África (AACC), saludando con alegría la entrada en vigor, el 22 de enero, del Tratado para la prohibición de Armas Nucleares. Firmado por 86 países y ratificado por 51, incluida la Santa Sede, el documento internacional es jurídicamente vinculante y prohíbe a sus signatarios la producción, el almacenamiento, la venta y el uso de armas nucleares. "Como parte del movimiento ecuménico global", dice la nota, "creemos que la propia posesión, así como la amenaza potencial del uso de armas nucleares, es inmoral y esperamos el día en que el mundo se libere permanentemente de dicho armamento". De ahí la exhortación a todos los Estados que aún no lo han hecho para que "firmen y ratifiquen" el Tratado. La detonación accidental o deliberada de un arma nuclear", explica la AACC, "causaría un daño grave, duradero y de gran alcance a todos los aspectos de nuestra vida y de nuestro ambiente en todo el mundo. Además, este tipo de armamento forma parte de estructuras y sistemas que provocan gran sufrimiento y destrucción".

"No hay manos seguras para estas armas", subraya además la Conferencia de Iglesias Africanas, "Las naciones que firmaron el Tratado, de hecho, hablan de consecuencias humanitarias catastróficas que se derivarían de cualquier uso de tales armamentos", incluso por accidente o error de cálculo, porque tales efectos trascenderían todas las fronteras. Al mismo tiempo, la AAcc expresa su aprecio por el hecho de que el Tratado aborda el impacto de las armas nucleares sobre las mujeres y los pueblos indígenas, así como la cuestión de la asistencia a las víctimas y el tratamiento de los daños medioambientales. En este sentido, el documento "abre a la posibilidad de anunciar un nuevo mundo libre de las amenazas y tensiones desatadas por la lucha por desarrollar y poseer armas nucleares".

En un mundo devastado por la pandemia del Covid-19, el significado histórico de la entrada en vigor del Tratado también es fuerte: "En un momento en que el mundo necesita desesperadamente una nueva esperanza", afirma la AACC, "este instrumento nos inspira a trabajar para eliminar completamente la amenaza de las armas nucleares, y para crear condiciones de paz, justicia y bienestar". A este respecto, la Conferencia de Iglesias Africanas cita el ejemplo de los "hibakusha", los sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagagasaki en 1945: "Su valor y perseverancia sirven de inspiración, guía y fundamento moral en la búsqueda de un mundo libre de armas nucleares".

Además de los Estados, se anima a todas las personas de buena voluntad a promover activamente la prohibición de este tipo de armas: "No debemos desanimarnos por la lentitud" con la que se está produciendo, explica la AACC, sino estar "aún más determinados a actuar por un mundo mejor". "Esto es parte de nuestra misión y sabemos que Dios está de nuestro lado", concluye la Conferencia, sugiriendo el lanzamiento de una petición popular que involucre al mayor número de personas posible para pedir a todos los países del mundo que firmen y ratifiquen el Tratado para la Prohibición de Armas Nucleares.

Fundada en Kampala, Uganda, en 1963, la AAAC es una asociación ecuménica que hoy cuenta con 173 Iglesias miembros presentes en 40 países africanos, que representan a más de 120 millones de cristianos en el continente. Su sede está en Nairobi, Kenia, y su actual Secretario General es el reverendo Fidon Mwombeki, ministro de la Iglesia Luterana de Tanzania.

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28 enero 2021, 16:48