Presentado el Pacto Mundial por la Educación de la Archidiócesis de Madrid

Roberta Barbi-Ciudad del Vaticano

Durante la presentación, el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, destacó "el papel vital de la educación para la Iglesia en la presentación del Pacto Mundial por la Educación". Refiriéndose a las palabras del Papa, el cardenal instó a "reactivar el compromiso con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más humanista", y las relacionó con el llamamiento a la fraternidad que el Pontífice hace en Hermanos Todos. En este sentido, por lo tanto, advirtió contra una vida vivida "con agresividad" que llega "tal vez por dejarse penetrar por ideologías que están creando formas llenas de egoísmo y pérdida del sentido de lo común y de lo que es de todos".

Frente a esto, es importante conquistar día a día "lo bello", el amor, la justicia, la solidaridad, "la verdad del hombre desde la que se construye un pueblo", y por eso este Pacto tiene un "realismo especial". La expresión más humana "nos la dio Jesucristo Nuestro Señor": mirando a Él y no a "nosotros mismos", aseguró el cardenal, "podemos aportar mucho en este momento de la historia humana". Es hora de ser samaritanos, "gente que cura"; de "mostrar grandes horizontes", de ver el mundo, "no mi mundo"; y también es hora de ser conscientes de la importancia de ir juntos, algo que quizás Covid-19 reveló con más fuerza.

Por su parte, el presidente de las Escuelas Católicas de Madrid, Manuel de Castro, explicó que "el nacimiento de ese mundo nuevo y mejor" que el Papa propone como meta sería prácticamente imposible sin la presencia de la dimensión religiosa que aporta la educación católica. El gran reto que plantea el Papa es que todo lo que propone "obliga a repensar la práctica educativa".

"Esta iniciativa del Papa -ha querido destacar el decano del Colegio Profesional de Maestros, Roberto Salmerón, que se ha sumado al pacto- está en plena consonancia con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que reconoce el derecho a la educación de toda persona. Una educación que es a su vez garantía de estos derechos, en el marco de un humanismo solidario". El Pacto propuesto por el Papa supera las diferencias y constituye "un instrumento para unir fuerzas" y lograr un mundo mejor.

Carlos Esteban, profesor de Religión, aportó su testimonio, afirmando que los profesores de Religión se suman a la propuesta del Papa mirando a la esencia misma del aula, en primer lugar, "tomando conciencia de las finalidades educativas de la religión en la escuela". Porque la religión, en su esencia, es una formación humana que ofrece un aprendizaje cultural, social, vital y significativo y que da la posibilidad de humanizar nuestro mundo".