P. Aguilera. Sobre la celebración de la misa en rito caldeo
Ciudad del vaticano
El padre Aguilera señaló que la mayor parte de los cristianos en Irak son de rito caldeo y que esta Iglesia Católica Oriental está en plena comunión con Roma.
Aguilera al referirse al rito caldeo afirmó que un primer elemento diferenciador es que “antes de las lecturas se pide al Señor la gracia de iluminarnos y renovarnos con su Espíritu para hacernos dignos de escuchar y cumplir su palabra, a fin de cumplir su voluntad”.
Seguidamente señaló que “La segunda oración de inclinación tiene gran riqueza cristológica: Jesucristo es denominado como Icono el Padre, que se encarnó para salvarnos y nos entregó el Misterio que ahora celebramos”. Aguilera subrayó el significado de los verbos utilizados en el momento de la invocación al Espíritu Santo: “venga, permanezca, bendiga, santifique para que las ofrendas se conviertan en el Cuerpo y Sangre de Cristo”.
El sacerdote destacó la importancia de algunos gestos: “encontramos el rito de la fracción o el rito de la penitencia. En el primero, el celebrante fracciona la sagrada hostia y la signa con la Sangre de Cristo en el cáliz mientras pronuncia una oración”. En el caso del segundo gesto, el de la penitencia, “como preparación a la comunión, se hace un momento de silencio, sentados, para examinar la conciencia y pedir perdón de los pecados, tras lo cual se pronuncia la oración de absolución”.
El padre Aguilera añadió otras características de la liturgia de la Palabra: se bendice al lector antes de proclamar la primera lectura y antes de la proclamación del Evangelio, momento en que el sacerdote que lo proclama lo lleva al Santo Padre para que venere el Libro de los Evangelios y luego sigue la homilía y la oración de los fieles”.
El Oficial de la Congregación para el Culto Divino considera que la liturgia Eucarística es “compleja y rica” e indicó que “al canto del ofertorio le sigue la oración sobre las ofrendas, durante la cual el Papa tiene la patena y el cáliz un poco elevados antes de colocarlos en el altar, para después cubrirlos con un velo e incensarlos, momento al que sigue la recitación del Credo y el rito de la paz”.
El liturgista añadió que en la liturgia Eucarística hay tres oraciones, llamadas de inclinación. A la primera, que corresponde al Prefacio, le sigue el canto del Santo, al cual nos unimos a las potestades angélicas. En la segunda encontramos el relato de la institución, es decir, el recuerdo de la última cena y las intercesiones por la Iglesia. La tercera, que subraya la Tradición Apostólica recibida por los padres al celebrar los Santos Misterios, precede a la invocación del Espíritu Santo, durante la cual el santo Padre y los concelebrantes extienden sus manos sobre las ofrendas”.
El sacerdote subrayó que “se prosigue con el rito de la fracción, el rito de la penitencia y la comunión” y esa parte termina con “el canto y la oración de agradecimiento”.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí