Argentina, Iglesia: Compromiso para prevenir la violencia contra la mujer
Alina Tufani - Vatican News
Un femicidio cada 23 horas, el 42% de las víctimas vivía bajo el mismo techo con su asesino, 30 niños sin madre solo en lo que va de año. Estos son datos de referencia que la Sección mujer del Departamento de laicos (DEPLAI) de la Conferencia episcopal argentina (CEA) revela en un mensaje motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este 8 de marzo.
"No podemos callar..." se titula el mensaje que sostiene que como cristianos es imposible permanecer callados frente a la violencia: “¿Podemos ser coherentes con nuestra fe en Jesús y callar frente a la muerte de Úrsula? Seguramente no: no frente a su muerte ni a la de Guadalupe, Manuela, Florencia, Cintia, Paula, Sandra, Camila…?”.
Los nombres mencionados en el mensaje del DEPLAI son reales. El primero, Úrsula es el más reciente. El pasado 8 de febrero, la indignación se apoderó de la opinión pública ante la muerte de esta joven de 18 años a manos de su expareja, un policía con antecedentes psiquiátricos. Con este caso, saltaron los otros, todas víctimas en este año, como Guadalupe, madre de 21 años asesinada, el 24 de febrero.
El reclamo principalmente es la falta de respuesta por parte de las autoridades judiciales que no brindaron protección a estas jóvenes. Según cifras del “Observatorio Lucía Pérez”, en 2021 hubo 59 femicidios hasta el 21 de febrero. El movimiento “Niunamenos” los estima en 48. No son cifras oficiales, ya que el registro de la Corte Suprema de la Nación Argentina aún no ha publicado las cifras de 2021. El Observatorio de Políticas de Género del Gobierno argentino también refiere que hay 1 femicidio cada 23 horas.
"¿Podemos imaginar el miedo de días y horas previas? ¿Podemos imaginar el sufrimiento de esas chicas y mujeres? ¿de sus hijos e hijas, padres y seres queridos? No sé si podemos” ", se pregunta el DEPLAI
Para responder a estas preguntas, la nota de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (CEVILAF) advierte que los mecanismos como la denuncia, los botones de pánico, las pulseras electrónicas no funcionan y son burladas por los agresores que siguen actuando. Insiste que no se puede seguir pensando que se trate de actos violentos cometidos por un paciente psiquiátrico, ni pensar que son un accidente o una desgracia excepcional.
“Todas tenemos a una amiga violentada pero nadie a un amigo violento” , es una frase que el DEPLAI retoma de una campaña nacional para recordar en su mensaje, que es necesario que las “comunidades cristianas puedan comprometerse más incisivamente para prevenir tanta violencia y muerte”. En este sentido, la nota recuerda la invitación del Papa Francisco, de hace un mes, en el Día contra la trata de personas, a rezar por las mujeres víctimas de cualquier forma de violencia sea psicológica, verbal, física, sexual “para que sean protegidas por la sociedad y su sufrimiento sea considerado y escuchado por todos”.
“Entonces no podemos callar, ni dejar de actuar protegiendo a las víctimas, escuchando sus denuncias, reclamando justicia para ellas y sus familias, previniendo con educación para que estas conductas violentas y enfermas puedan ser detectadas a tiempo, acompañando a quienes sufren por la muerte injusta...”, insiste la CEA
El mensaje cierra con una invitación a un amor concreto que implica actuar: “No podemos callar. Ya no. Ni queremos".
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