Obispos: Revisión del Tratado de Itaipú, oportunidad de obrar por el bien común
Alina Tufani - Vatican News
“Los recursos provenientes de Itaipú deben ser destinados al progreso social de la nación, al cuidado del medioambiente y a la mitigación del cambio climático”. Esta es la idea central del documento presentado por la Conferencia episcopal de Paraguay (CEP) con las orientaciones pastorales sobre la revisión del Anexo “C” del Tratado de la Hidroeléctrica de la Itaipú Binacional. En el ámbito de la 229° Asamblea Plenaria, el episcopado ha querido dar con una “contribución al diálogo y la concertación social en pos de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación”
Como bien lo dice el título del mensaje “Itaipú, una oportunidad de diálogo y concertación para el bien común”, los obispos paraguayos, en medio de la polémica y confusión en la opinión pública en torno a la revisión del tratado, apuestan por la una perspectiva orientada a “sanar y fortalecer la casa común de todos los paraguayos con valores cristianos y actitudes sociales que generan comunidad”.
La Hidroeléctrica de la Itaipú Binacional, la represa considerada como la mayor productora de energía del mundo y la mayor industria del Paraguay - a decir de los obispos- , beneficia al país con energía y con royalties que representan un porcentaje importante del PIB y del Presupuesto General de la Nación. “Esto financia gran parte del funcionamiento del aparato estatal”, afirman.
El Anexo C del Tratado de Itaipú, propenso a revisión en 2023, tras 50 años de su entrada en vigor, establece puntos importantes como las bases financiera y de prestación de servicios de electricidad de la represa, que van desde gastos de explotación, operación y mantenimiento hasta el costo del servicio de electricidad o ingresos, que comprometen a las dos partes, Brasil y Paraguay.
Las 46 páginas del mensaje plantean la situación en la perspectiva del bien común, para lo cual solo “metas consensuadas” y procedimientos transparentes y honestos permitirán que el proceso de revisión, renegociación y actualización del Tratado, “sea legitimado con el involucramiento y la participación de todos los actores de la sociedad nacional”.
El discurso se abre desde la demarcación misma de límites con Brasil desde la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), pasando por la crisis diplomática con el gobierno brasileño en el año 1965, hasta el Tratado de Itaipú (1973), con el que se sentaron las bases para el aprovechamiento hidroeléctrico de las aguas del Río Paraná por ambos países. El contexto social, político y económico, así como los desafíos y oportunidades son planteados ampliamente en el documento episcopal que coloca el diálogo y concertación como norte de la negociación.
“Hay que escuchar y establecer un procedimiento participativo y programado para el diálogo. Este proceso podría estar liderado por una comisión conformada a partir de las universidades, convocando a los constructores de la sociedad, para definir y proponer un plan, establecer los plazos, la ruta y la metodología, asegurando la integración y la participación de los representantes idóneos de diferentes sectores”, propone la CEP.
A la luz de la exhortación apostólica Evangelii Gaudim de Papa Francisco, los obispos paraguayos construyen una serie de enunciados que deberían ser los frutos esperados del diálogo y concertación social y que cubren toda la realidad nacional, desde la atención a la población joven, pasando por los sectores productivos, la ecología, la educación y la salud, en particular en medio de la pandemia de Covid-19.
“Nos sentimos llamados a participar y acompañar todo lo que contribuye al bien de nuestro país, trabajando para fortalecer el camino del diálogo, del encuentro y del servicio a todos, en especial a los más necesitados”, concluyen los obispos que recuerdan que en la vida y en los recursos compartidos y que el bien de cada hermano es un llamado de Cristo que compromete.
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