Vivir un cristianismo profundo que sepa discernir desde el amor
Vatican News
Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, en su reflexión del IV Domingo de Cuaresma afirmó que “si los sacramentos han sido constituidos en la Iglesia, son para celebrarlos en comunidad y vivirlos intensamente en la vida concreta”. Y recalcó:
Dios ama al mundo a pesar de sus contrariedades
Tal como informa el Arzobispado de Lima en su página web, Monseñor Carlos Castillo inició su homilía meditando las palabras que Jesús le dijo a Nicodemo: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna”. Ante esto, el prelado explicó que Dios ama al mundo a pesar de sus contrariedades, maltratos, violencias y guerras.
Además, el Primado del Perú precisó: “no podemos vivir la fe desde el cumplimiento rígido y estricto de normas para agradar a Dios”, puesto que “cuando se vive la fe así, se deforma el sentido de la voluntad de Dios”. Y “la voluntad de Dios es de un amor generoso que transforma a la persona con paciencia”. A lo que acotó:
El Prelado reiteró que el amor del Señor debe ser la luz que ilumine nuestro camino para discernir y tomar mejores decisiones. De ahí que “no debemos tener un cristianismo pelagiano, es decir, un cristianismo que construye cómo debe ser la religión sin pensar absolutamente en el amor”. Y esto – subrayó – “ocurrió con los pelagianos, una herejía del pasado que construía sistemas, modos, holocaustos y costumbres que, en realidad, adornaban al cristianismo con una serie de cosas accesorias”
No petrificar el sentido de nuestra fe
Por otra parte, Monseñor Castillo hizo un llamado a no petrificar el sentido de nuestra fe en cosas anecdóticas que nos impiden vivir intensa y correctamente el amor de Dios:
“Que este camino hacia la Semana Santa – concluyó el Primado del Perú – nos ayude a entrar hondamente en este camino de la luz para hacer la voluntad del Señor. Para eso requerimos un cristianismo profundo que sabe discernir, hacer lo adecuado y lo justo en cada momento para expresar el amor de Dios”.
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